El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

97 50 años del golpe de Estado en Chile Estuvo mucho rato gritando de dolor. En otra ocasión, hubo un balazo en el pasillo de la derecha, cerca de donde estábamos no- sotros. Un muchacho de unos 14 o 15 años, que se hizo amigo de los guardias, por lo que conversaba y se paseaba entre ellos, trató de quitarle el fusil a uno y este le disparó. Lo vi caer y nunca más supimos de él. Al segundo día, Marcelo se levantó y fue a hablar con un ofi- cial. Después supe que se declaró pariente del general Leigh (el jefe de la Fuerza Aérea) y lo dejaron en una habitación mientras hacían consultas. Durante la madrugada y con toque de queda, llegó otro oficial, lo llevó hasta lapuerta del Estadio y lo liberó. Varias veces, mientras estaba sentado en la gradería, me ima- giné al compañero de mi hermano cayendo desde el cielo del Estadio. Eso ocurrió unos años antes, justo cuando iba a iniciar un evento donde iba a hablar Salvador Allende. El compañero salvó su vida porque cayó sobre el escenario. Después de la medianoche del sábado, nos hicieron subir a unos buses, todos en el piso, y nosllevaron al Estadio Nacional. Durante los primeros días vivimos en los camarines. Allí me reencontré con la mayoría de lostrabajadores de Siam. Teníamos agua y baños, pero éramos más de cien personas y no había dónde acostarse o siquiera estirarse para dormir. En más de una ocasión nos hicieron salir a los pasillos y ponernos en hilera con la espalda hacia la pared. Al principio, no sabíamos la razón. Luego, vinieron soldados trayendo una persona cubierta con una manta y aberturas en los ojos. La pasearon delante de nosotros. El encapuchado se paró frente a uno de los nuestros, lo señaló y se lo llevaron. Al terminar, todos de vuelta al camarín. En los camarines tuvimos mucho tiempo para conversar. Cuando intercambiamos opiniones del porqué del golpe, un dirigen- te sindical me dijo “Es que Allende no se la jugó suficientemente por los trabajadores”.

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