El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
92 El tejido de la memoria Mi 11 de septiembre Gabriel Fierro Cereño En ese tiempo trabajaba en el Comité Metalmecánico Liviano de la CORFO. Estábamos a cargo de administrar una trein- tena de empresas llamadas la “Línea Blanca”. Era mi último año de estudios de Ingeniería Civil Industrial en la Universidad de Chile. Dedicaba una parte de mi tiempo a la Escuela y el resto a contribuir con el gobierno de Allende. Yo vivía con mis padres en la Avenida Italia. Pero, algunas noches me quedaba en la casa de la calle Sotomayor, que estaba des- ocupada. Nuestra oficina estaba en Matías Cousiño, a la salida del edificio Santiago Centro. Ese martes, antes de las 8 a.m. tomé una micro hasta la Plaza Bulnes. Me bajé frente a La Moneda, caminé por la Alameda y atravesé los portales. Estaba todo muy tranquilo. A eso de las 8:30 ya estaba trabajando, solo todavía, y sonó el teléfono. Levanté el auricular y escuché una voz conocida pero an- siosa. Era la esposa de nuestro jefe que me preguntó por su marido. Ciertamente, le dije que no estaba y que, apenas llegara, le diría que la llamara de vuelta. Ella me escuchó muy tranquila y me preguntó si no sabía que, al parecer, estaba en marcha un golpe militar. Así me enteré de que algo estaba pasando. Comenzaron a llegar otras personas a la oficina, tratamos de entender la situación e intentamos recibir alguna instrucción de nuestros jefes. No encontramos a nadie. Estábamos en eso cuando entró una bala por una ventana interior que daba hacia el poniente,
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