El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

86 El tejido de la memoria Jugarse la muerte 3 Lilian Elphick Cuando eligieron al presidente Salvador Allende usaba pantalon pata de elefante y poleras bordadas a mano. Para el fatidico dia 11, andaba en bicicleta por el barrio y vi pasar los Hawker Hunter rumbo a Tomas Moro. Era solo una adolescente enamorada de un vecino de veinte. Ese dia no lo encontré en su casa. Luego, con es- tado de sitio, no pude volver a la calle. Mi vecino no regreso nunca mas. Aun tengo en mi piel memoriona sus ojos aceitunados. Una soledad sin nombre me conmueve, me hiere los pies a cada paso, recordandolo. Anos mas tarde usaba poncho y calcetines chilotes. Iba al Pedagogico, me enamore de un dirigente. Cuando haciamos punto en alguna calle del centro fingíamos ser pololos. A pesar del miedo, nos besabamos hasta que nuestras rodillas tiritaban. Hordas de pacos pasaban a nuestro lado lumeando a nuestros companeros o empapandolos con el agua sucia del lanza aguas. Luego conocimos la fragilidad de ser amantes, nos jugamos la muerte mientras afuera llovia y alguien silbaba con fondo de extractores de aire. Es cierto que olvidamos las palabras, no era necesario hablar para tocar te amo, para acariciar te deseo, para rasgunar tu - mi egoismo mas acerrimo. Y el tiempo estuvo en contra. A las siete, dijimos, a las cuatro, a las once, habia que programar hasta los mas 3 Texto publicado originalmente en el diario iberoamericano La Insignia , enero de 2007, y en el libro "Capilar", de Lilian Elphick, 2018.

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