El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
76 El tejido de la memoria Póngale otro Ana María del Río Porque fue ahí, después de la reunión de curso, cuando nues- tras madres nos dieron permiso para ir al viaje de estudios, que todo comenzó a cambiar. –Ya están grandecitos–, dijeron ellas, suspirando y haciéndo- nos cariño en el pelo para el lado que no era. Juventud divino tesoro, dijeron otras y se les pusieron los ojos brillantes y hablaron de que saldríamos al mundo. Algo les de- bía haber dicho el Topo, nuestro profesor jefe y profesor de Sociales. La cosa fue que firmaron el permiso. Por aquella época corrían los vientos de libertad. Era comien- zos de septiembre de 1973, el aire comenzaba a entibiarse, campea- ban los Beatles con “She”, el “Imagine” de John Lenon, el “Maggie Mae” de Rod Stewart. Corrían ráfagas de libertad que se topaban con los vientos de la ventosa Concepción. Por esos días, en el colegio Thomas Jefferson School, todos brotábamos. Por dentro y por fuera. Las espinillas hacían erupción y por algunas caras corría la lava. Pensábamos en mujeres sin desviarnos un punto. Las mu- jeres de Santiago. Minas. Qué gran tipo el Topo. Nunca se sabría qué tollo les habría metido a las mamás para convencerlas. Pero el permiso estaba dado. Viaje de estudios a Santiago. Un fin de semana largo al comenzar las vacaciones.
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