El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

38 El tejido de la memoria totalmente desde helicópteros, y los pocos que lograron fugarse a los cerros fueron perseguidos y asesinados brutalmente. El japonés hablaba un inglés casi tan malo como el nuestro. Era un muchacho de 20 años que había salido a recorrer el mundo a dedo y que apenas tocó suelo chileno fue apresado y enviado al cuartel de investigacio- nes. Imposibilitados sus captores de comunicarse con él, optaron por torturarlo primero, y luego lo llevaron al Estadio Nacional. Los uruguayos eran refugiados de la dictadura de su país y sus relatos cayeron en el lugar común: la tortura. Los norteamericanos eran miembro del Cuerpo de Paz, y aun cuando mostraron sus creden- ciales, fueron traídos a empujones y golpes hasta el Estadio. Al día siguiente llegó un grupo cercano a las 50 personas, entre las que ve- nían un cura holandés, un cura francés, un mexicano y un periodista holandés. Mi encierro en este camarín duró dos semanas en las cuales sólo dos días, y durante una hora, nos sacaron a las graderías, al aire libre. Durante el encierro nos entreteníamos jugando ajedrez fabri- cado con papelitos; a las damas; a descubrir personajes mediante preguntas y respuestas y a la buena charla. Nuestra dieta mejoró un poco. Desde hacía algunos días nos daban un brebaje color café y media hallulla. Sin embargo, la alimentación no bastaba y todos adelgazamos a ojos vistas. Una de nuestras más recurrentes conver- saciones versaba sobre comidas, sobre la preparación de algunos pla- tos, etc.; tal vez influenciados por el distinguido chef internacional, el argentino Luis Font, el tata. Repetidas veces durante el día llegaban suboficiales y sargen- tos a preguntarnos quiénes éramos, de dónde veníamos y si había- mos sido interrogados. Ante tales muestras de interés, reaccioná- bamos pidiendo papel y lápiz para confeccionar listas con los datos exigidos. Un compañero con una nítida letra de imprenta confeccio- naba la lista por orden alfabético. La situación de todos los presos era incierta hasta que no se hubiera llevado a cabo el interrogatorio.

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