El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

37 50 años del golpe de Estado en Chile merosamente a abrir la boca. Tenían prohibición absoluta de hablar con los prisioneros. En la tarde nos sacaron a un pasillo y repartieron la consabida taza de porotos. Este momento lo aprovechamos para sentarnos en el suelo. Desde que nos apresaron, nuestra incomunicación era total, no teníamos la más mínima información de la situación general del país ni de la suerte corrida por los compañeros que habían teni- do algún cargo de responsabilidad en el gobierno. Por las palabras de los verdugos del Estadio Chile, suponíamos que la cantidad de muertos era ya grande y que estos seguirían aumentando. Mientras tanto nuestra situación en el baño no era de las más reconfortantes. Pasamos la noche de pie, apoyados contra las murallas con un solo pie, cambiando constantemente de postura, como los queltehues. En este grupo había gente de las más diversas actividades y nun- ca nos habíamos visto unos con otros. Si la táctica de los fascistas fue infiltrar soplones en el grupo, se pisaron la huasca porque nos dedicamos a contar chistes y, por lo demás, como nadie se conocía con nadie, era muy difícil no sentir desconfianza con la persona que estaba al lado. Al anochecer del día siguiente nos llevaron a un camarín, el 5 surponiente, debajo de la marquesina. Para nosotros esto era un avance en el nivel de vida porque éramos solo treinta personas. Muy poco duró nuestra holgura, al otro día trajeron un cura del sur, dos norteamericanos, un grupo de uruguayos y un japonés. Fueron recibidos con gran simpatía, adjudicándoseles de inmediato un lugar para dormir. Con la llegada de estos nuevos personajes se entonó la conversación porque todos habían sido detenidos recién y tenían noticias frescas desde afuera. El cura contó que lo habían traído por etapas, en tren y en camión, y que cada nuevo grupo de soldados que se hacía cargo de él, le propinaba una nueva tanda de patadas e insultos. Refirió que una población de trabajadores de un aserradero fue exterminada casi

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