El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
280 El tejido de la memoria La luna no se bañó aquella noche en el río Calle Calle Ramón Vergara Gallegos Me desperté a las seis de la mañana, me vestí, tomé mi desa- yuno y encendí la radio. La noticia cayó como un balde de agua fría sobre mi cabeza aún dormida, “el golpe de Estado militar encabezado por Pinochet estaba en curso”, miré por la ventana que daba a la calle Cochrane, el día parecía fresco y silencioso, como ocurre en el mes de septiembre aquí en el Sur. Me di ánimo como pude, enfilé mis pa- sos acelerados en dirección de mi trabajo en la empresa Acosta, en el sector del barrio Las Ánimas, con la impresión que la gente que en- contraba en la ruta no quería ni siquiera saludarme, se veía mucha preocupación en sus rostros, como si todos hubieran comprendido la gravedad del golpe de Estado y que el futuro del país se tornaría gris y amargo para la población. Al cruzar el río tuve la impresión que aquella noche la luna no se había bañado en sus placenteras aguas y había logrado fondearse detrás de las grises nubes enlutadas para no ver el drama que galopaba a toda velocidad por nuestra angosta faja de tierra. Por una razón inexplicable veía las aguas del río enrojecidas con la sangre del pueblo trabajador, mi intuición se confirmaría días más tarde en que miles de ellos estaban siendo torturados y asesina- dos por la dictadura militar sin ninguna consideración, el retroceso social se estaba imponiendo a sangre y fuego, como en los tiempos primitivos medievales. El puente Calle Calle estaba bajo control de los milicos traidores vestidos en tenida verde-olivo en posición de
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