El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

279 50 años del golpe de Estado en Chile que estarían al saber la noticia de que estaba vivo. Su voz me llegó sin emoción, con tono frío y distante, como si no me recordara. Me dijo que hacía más de cuarenta años que había salido exiliado a Suecia, allí nacieron, crecieron y se educaron sus hijos, allí tenía seguridad económica y tranquilidad. Nunca había vuelto a Chile y nunca tuvo una razón fuerte como para retornar. Sentí que hablaba como desde el fondo de un túnel, profundo como la distancia física que nos separaba, frío como esos parajes nórdicos donde habitaba, obscuro como el velo que el largo tiempo transcurrido ha puesto en los corazones. No insistí, me sentí un poco ridículo con mi entu- siasmo de colegial organizando reencuentros, le di mi número de teléfono y correo electrónico y le dije que me gustaría mucho que me contactara. Nunca más supe de él. Los compañeros me miran impacientes por mi largo y silen- cioso preámbulo. Entonces, acerco mi silla al grupo, tomo fuerzas apurando mi pisco sour de un solo sorbo y comienzo mi relato: –Tenían razón, cabros: al Turides se lo echaron los milicos.

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