El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

268 El tejido de la memoria Por muchas semanas el vecindario estuvo de fiesta. Con papá fuimos a la playa y estaba feliz de haberle dado un triunfo a su tierra. Aún hoy lo recuerdo con su camiseta, un viejo par de panta- lones y sus zapatos de boxeador, haciendo ejercicios con la bolsa de arena, corriendo por la playa levantando las rodillas o ascender las colinas en su acostumbrado trote. Ahora tengo 23 años y ya van quince desde que papá falleció. Llevó diez años haciendo entrenamiento y quisiera volver a sentir la alegría que sentí aquella vez cuando él arrastró a las cuerdas al puertorriqueño. Y como en los pueblos de mineros los hijos de mineros con- tinúan siendo mineros, yo decidí seguir siendo boxeador. Mi entrenador es Luis “Martillito” Briones, un entrenador con músculos por doquier que acostumbra a usar la sudadera con la imagen del Che Guevara. Mi rutina de trote es la misma que hacía papá por las mañanas y por las tardes, tres horas de sala. La única que no entiende nada es mamá. Ella pensó que mi viaje a Santiago fue para buscar trabajo, pero nunca fue esa mi intención. Llegué a la Estación Central y la única dirección que tenía era la del club México y una antigua carta que mi papá recibió de algún director de acá. Profité de esa información y creo que fue útil. Martillito me tomó las pruebas y le agradé. Las marcas no eran las mejores, pero tenía la edad y el físico. Incluso me cedió una pieza en la parte trasera de su casa para que viviera allí hasta que pudiera buscar algo mejor. La casa siempre se llenaba de gente. Martillito pertenecía a la Unidad Popular y creía que el boxeo debía ser como en Cuba: una profesión valorada por los gobiernos y por el pueblo. A mí me interesaba solo entrenar y pelear. No quería perder el tiempo en reuniones ni en manifestaciones. Pero vivir en Santiago era vivir en el ojo del volcán y, ya que vivía en su casa, no podía evitarlo. Comencé a mejorar en mis entrenamientos y poco a poco fui llegando a lo que mañana me espera: mi primera pelea por el título peso pluma.

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