El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
264 El tejido de la memoria implacable que me mantuvo en constante tensión, provocándome tanto miedo que, en la ciudad de Talca, en su terminal, no subí al bus que me trasladaba a mi ciudad de residencia cuando descendi- mos en un receso de 15 minutos. Me quede en el terminal y el perso- nal persecutor me cerco, me agredió y prácticamente me secuestro, llevándome al hospital de la ciudad, en donde pase 5 días de terror psicológico, porque me hacían ver que estaba en constante peligro y que no iba a salir con vida de allí. Algo sucedió, probablemente, el aparataje de informaciones averiguo que no era ni peligroso ni per- tenecía a movimiento terrorista alguno, ni siquiera a algún partido político, así que me dejaron libre. Antes me advirtieron tácitamente que no me inmiscuyera en situaciones político-partidistas y que ni me atreviera a divulgar lo que había visto y sufrido. Para superar la situación, una vez en casa con mi familia, lo tratamos como un problema psicológico que fue gatillado por un alcoholismo incipiente. Acudí, entonces a médicos psiquiatras con- tando mi historia, pues no lograba recuperarme. Posteriormente, co- mencé a tratarme contando la verdad; sin embargo, ningún profesio- nal de la salud creyó mi historia y, en ese largo tratamiento, pasando por distintos médicos y medicamentos, finalmente, asumí ante los médicos, mi familia y amigos que fue producto de mi imaginación, es decir, me rendí. En el 2011, se me presento la oportunidad de di- vulgar mi experiencia, se abrió un segundo proceso para testimoniar respecto a prisión, política y tortura que sufrieron los desafortuna- dos perseguidos por la dictadura, una segunda fase que efectuaría la Comisión Valech para evaluar a aquellos que, en su primera etapa, por los más diversos motivos, no presentaron testimonio, personas que, a su vez, lograron sobrevivir. Presente entonces mi caso ante una comisión, dejando el testimonio descrito en 28 carillas. Sin embargo, tampoco me creyeron y desestimaron mi versión; no la consideraron como válida y ni siquiera me comunicaron, como lo prometieron, para indicarme que mi denuncia había sido aceptada o rechazada.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=