El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

252 El tejido de la memoria bargo, nos miraban al pasar. Con Fernando nos quedamos varios mi- nutos incómodamente de pie observando la escena, preguntándonos qué sería del resto de nuestra gente. Muy cerca nuestro había un militar de más rango, posible- mente un suboficial, con una pistola siempre empuñada en su mano derecha, que al parecer era el responsable de ese allanamiento. Por supuesto, él también era consciente de nuestra presencia, pero tam- poco nos había interpelado y seguía principalmente ocupado de los movimientos de sus dirigidos. En un momento me acerqué a él y le pregunté si era mejor que saliéramos a la calle. “Sí, es mejor que salgan”, me respondió, sin ningún atisbo de urgencia. Salimos al exterior y enseguida nos golpeó muy fuertemente la imagen de descubrir a nuestros catorce compañeros sentados en la calle en una fila paralela a la vereda, con ambas manos en la nuca, las piernas extendidas en nuestra dirección y separados uno o dos metros entre sí. Casi todos estaban vestidos con normalidad, pero unos pocos estaban con pijama y recuerdo a otro con una toalla en el cuello. Un hombre mayor con aspecto de vagabundo, con igual pos- tura que el resto, completaba la fila en el extremo sur más cercano a los edificios. Cuando empezábamos a bajar las escaleras hacia la vereda un militar nos gritó: “¡Manos a la nuca conch…!..” y al pasar por su lado le pegó una fuerte patada en el trasero a Fernando. Yo esquivé otro zapatazo de un segundo uniformado y rápidamente nos dirigi- mos a sentarnos en el extremo de la fila, a continuación del hombre mayor. Como pude me puse a observar la escena y me asombró el impresionante despliegue de recursos, de equipos y de personal mi- litar, exageradamente desproporcionado para la maniobra de allana- miento. En ambos extremos de la cuadra habían apostado camio- netas con ametralladoras montadas en los pick-up, cerrando así el tramo de calle. También se veían jeeps, un par de camiones, uno o dos buses y muchos militares fuertemente armados por todas partes.