El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

251 50 años del golpe de Estado en Chile a nuestro pensionado, donde había un par de almacenes pequeños a los que acudíamos con frecuencia para realizar compras para la comunidad o compras personales. Creo que las familias del complejo nos miraban con simpa- tía, como jóvenes universitarios que se comportaban adecuadamen- te, sin conductas reprochables que motivaran quejas de los vecinos del barrio. Y en esos años hubo varios pololeos de compañeros nues- tros con niñas de allí, lo que generó aun más cercanía entre ellos y nuestra comunidad. Los gritos de nuestro compañero de pensionado nos desper- taron y nos pusieron en alerta de inmediato. No habíamos sentido ningún ruido ni advertido movimientos en la calle principal porque nuestra pieza era la más alejada de la entrada por República, pero una vez despiertos nos dispusimos a levantarnos sin tardanza. Eran aproximadamente las 10 y media de la mañana del jueves 13. Luego de la inquietud inicial, le propuse a Fernando que nos vistiéramos con calma y que nos pusiéramos chaqueta. Recuerdo especialmente ese detalle de la chaqueta porque en mi imaginación esa prenda, la única que yo tenía y que usaba muy poco, marcaba la diferencia con la vestimenta de la gente de izquierda de la época, lo que nos diferenciaría favorablemente a ojos de los militares que nos visitaban. Después de un rato salimos correctamente vestidos, reco- rriendo los patios y pasillos interiores que en ese momento esta- ban desiertos y silenciosos, acercándonos a la entrada principal. Llegamos hasta el hall de la casona y nos sorprendió no encontrar a ninguno de nuestros conocidos, sino a un contingente considerable de uniformados fuertemente armados que subían y bajaban escale- ras, entrando y saliendo de piezas y portando, muchos de ellos, cajas y bolsas con objetos supuestamente recogidos en su recorrido. Aunque nuestra presencia en la sala era muy evidente, nin- guno de los uniformados allí presentes se dirigió a nosotros, sin em-