El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

250 El tejido de la memoria ¿Cómo llegó hasta nuestra residencia en pleno toque de que- da? Fue un misterio y causó enorme conmoción en todos. Manuel Riesco era un personaje de gran figuración a nivel universitario y se jugaba el pellejo por un grupo de dieciséis estudiantes, solo preocu- pados de la comida de la noche. Nos arengó y nos conminó a la resistencia, esbozando un plan de acción que incluía colaborar con ciertos cordones industria- les del sector sur de Santiago. No nos preguntó por nuestra posición política y supongo que asumió que éramos un grupo cohesionado dispuesto a defender al gobierno saliente. Lo escuchamos con res- peto y con cierta admiración por su valentía, pero nadie dijo nada y creo que en nuestro fuero interno todos queríamos que se fuera pronto. Prometiendo un próximo encuentro, se fue después de una hora, en plena noche, sin que de nuevo supiéramos cómo. Con esta visita sí nos dio un poco de miedo, porque en la televisión se escuchaba cada vez con más frecuencia que las Fuerzas Armadas allanaban hogares universitarios y escuelas universitarias donde habían ocurrido actos terroristas con resultado de militares fallecidos. De nuevo la Universidad Técnica era la más nombrada y algunas escuelas de la Chile del sector de Macul. En el lado sur de nuestro pensionado, entre las calles Gay y Blanco Encalada, había un conjunto habitacional con dos grandes edificios de departamentos que ocupaban un espacio de casi dos cua- dras. Este complejo, con una fachada de color blanco, era parte de nuestro paisaje habitual, por su cercanía, por sus dimensiones ma- yores al promedio del barrio y porque era posible verlo desde varias partes de nuestra residencia. En nuestro recorrido hasta Beaucheff muchos acortábamos camino por entre estos edificios, por calles y veredas semi privadas del conjunto. Incluía también un pequeño centro comercial separado de los dos edificios residenciales, emplazado en la parte más cercana