El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
221 50 años del golpe de Estado en Chile Dudú siguió llamándome algunos meses más y parándose fuera de mi escuela, desde donde yo salía muerta de risa escondida atrás de mis compañeros. Nunca le devolví un llamado. A pesar de que una vez desde la otra vereda sentí que me gritaban: –¡Y ni una llamada! Me di vuelta y vi que era él, pero hice como que no lo había escuchado. Poco tiempo después empecé a ver a mis padres más inquie- tos. Conversaciones en voz baja, reuniones semi secretas en nuestra casa. Gente importante que iba y que venía. Yo trataba de mantener- me inocente y ocupada en esta construcción de un mundo nuevo, no quería que nada me alejara de este nuevo país, más justo. Lo único oscuro en mi vida eran los exiliados de otros países que circulaban días y semanas por la casa. Ya en el gobierno de Frei llegaron urugua- yos, también brasileños, como Dudú, que desembarcaban buscando libertad y asilo, huyendo de las dictaduras o salidos de las cárceles. Mi padre los dejaba compartir la vida con sus hijas, absortas ante ese horror. En mi pieza durante semanas alojaron dos uruguayas; precio- sas y menudas, en sus sacos de dormir susurraban las horribles tor- turas vividas en las mazmorras. Yo me tapaba los oídos con cojines y frazadas, fue inútil. En el living tomaban mate todos juntos, sentados en los sofás y en el suelo, relataban historias de su encarcelamiento, de las torturas a sus familias, de los niños robados, de los encierros. Se reencontraban parejas, llegaban viudas con maridos asesinados. Vivíamos una orgía de dolores, penas, de desgarros y sanación. Mi madre, médica, curaba heridas reales e imaginarias, dolores del alma o del cuerpo. Mi padre repartía licores y sándwiches al por mayor, la señora que trabajaba en la casa corría buscando sábanas, reponiendo toallas. Nosotras, las hijas, desaparecíamos en este desbarajuste de las vidas. Me era imposible compaginar estos mundos; mis alegrías cotidianas con las terribles conversaciones en las noches.
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