El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

218 El tejido de la memoria –Y papá va a volver antes de que llueva– le preguntó el niño. Y mamá los abrazó. –Tal vez nosotros nos vamos donde papá. Se queda mucho rato mirando las filas de hormigas. –Mamá– dice fuerte. Entra, cierra la puerta. –Mamá, mamá, dame leche–. No hay pasos ni ajetreo en la casa, silencio. Está solo. Va directo a la cocina. Pone una silla pegada al mesón, se encarama y alcanza la leche, llena la taza. Mueve la silla para tomar el tarro de café instantáneo. Le pone una cucharada a su tazón y revuelve. Ni mamá ni papá se enterarán de que toma café. Tose, algo duro se le atasca en la garganta. Se tapa con la mano la boca y mira el muro amarillo de la cocina marcado con líneas negras. Deja el tazón que queda a medio tomar en el mesón de la cocina. Toma la pelota. Comienza a chutearla y dar tiros bajos contra la pared. Solo escucha el ruido acompasado de los golpes al muro. Una y otra vez. En la pared se marca la pelota. No pueden retarme, dice para sí mismo. Las hormigas en la cocina siguen en fila en una sola línea, ya nadie las detiene.

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