El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
211 50 años del golpe de Estado en Chile me imaginé el dedo índice de él, presto en el percutor para disparar. Solo recuerdo el incontrolable temblor de mis pier- nas, no paraban de agitarse, me imaginaba muriendo allí, atravesado por las balas de una metralleta. Pero el horroroso miedo a morir así, y tan luego, mágica y repentinamente se transformó en una temeraria valentía y aceptación. Claro, no disparó, era un simulacro y yo aprendí a vivir con el mie- do para siempre. Greg Grey detuvo nuevamente la lectura… nuevamente se paró y caminó, pero ya no le hormigueaba nada ni tenía temblor alguno. La rabia y la tristeza que se apoderó de su cuerpo al leer esa impactante lista de acontecimientos de Gabriel, se cristalizó en el es- pacio con una luz blanca y homogénea que penetraba por la ventana sur junto al sofá rojo. Greg Grey se había quedado detenido, erecto, mirando desde una distancia de dos metros el lugar del sofá rojo y vio cómo esa luz blanca y homogénea enfriaba el ambiente. A pesar de esta onírica visión, nuestro amigo Greg no se intimidó y siguió leyendo. … Cuando salí de Cuatro Álamos, pasé a Tres Álamos, cam- po oficial de detenidos políticos de la Dictadura. Fue un recorrido corto por otras puertas metálicas iguales a las que pasé hace 5 días. Pero esta vez, me sentí a salvo. Con Nelson fuimos declarados, oficialmente, Presos Políticos. Al poco rato supimos que Omar y Patricio quedaron libres. No re- cuerdo la despedida. Tres Álamos y Cuatro Álamos estaban colindantes, éramos vecinos, pero la diferencia era majestuosa. A pesar de la noche sin luna, sentí que algo o alguien me iluminaba, estaba vivo. Cruz Roja y Amnistía Internacional lo con- firmaban, examinando exhaustivamente mis ojos, mi corazón, mis pulmones, mi estómago, mis manos y mis pies.
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