El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

189 50 años del golpe de Estado en Chile neo del departamento. Cada vez que recibía una llamada telefónica o él debía realizar una, tenía que utilizar un teléfono que estaba en un pasillo bajo la supervisión de un estudiante. Todo este trato irrespe- tuoso fue con conocimiento y, al menos, con la aceptación tácita del nuevo director. No obstante, hay un momento de inflexión o punto de quiebre en esta historia, cuando fue citado a la oficina del fiscal. En dicha reunión el fiscal le explicó que era objeto de indagación, pues había una carta acusatoria firmada por académicos y estudian- tes del departamento. Durante la conversación le informó de qué se le acusaba. Había dos hechos que eran absolutamente imposibles y fácilmente desmentibles. Uno de ellos fue que había conspirado para que se hiciera una manifestación de los estudiantes de Geología con- traria al golpe militar, cosa no posible dado que él se encontraba en Argentina junto a los otros profesores del departamento que habían participado en la transecta. El otro fue que se le acusaba de haber colgado un inmenso lienzo en el frontis del edificio del departamen- to que daba al Cuartel Blanco Encalada, con una consigna parecida a “Soldado no dispares, tú también eres pueblo”. Esto último era bastante difícil de sostener, dado la contextura que tenía y aún tiene el profesor Aguirre. Pero lo más brutal no fue de qué se le acusaba, a todas luces mentiras e inventos sin ningún fundamento que eran fá- cilmente rebatibles, sino que entre quienes firmaban la carta acusa- toria había un Mondego de Edmundo Dantés personajes del Conde de Montecristo, de Dumas. Ese amigo, con cuya familia se juntaban a compartir en más de algún fin de semana, era uno de los firmantes y acusadores. Este hecho gatilló el autoexilio, que en el fondo fue un exilio forzoso. El profesor Aguirre en ese entonces era una emi- nencia en las ciencias geológicas de nuestro humilde y pobre país. Muchas son las contribuciones científicas y de cartografía geológica que se conservan del Instituto de Investigaciones Geológicas (IIG, hoy Sernageomin), fundado a la semejanza del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Ante la urgencia de partir al exterior