El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
185 50 años del golpe de Estado en Chile No puedo recordar bien. Ahora tengo los pelos blancos y me estoy pareciendo a ti. Los chiquillos de la caleta 5 dicen que hablo como cabro chico, que me quedé en el pasado, aunque debo tener como cincuenta, porque ya estoy muy viejo. ¿Tú te acuerdas de mí? Porque yo sí me acuerdo de ti. Es el único recuerdo que tengo de esa noche. Solo te voy a pedir dos regalos. Dicen que no se puede pedir más de uno, pero como no son de comprar, creo que cumplirás. Quiero que hagas memoria y me cuentes qué pasó después. Te voy a ayudar con la fecha: era Navidad, estábamos en mi casa. Era feliz. Esa noche me comí todo rápido para jugar con el camioncito de plástico que me trajiste. Sé más cosas, aunque me da susto recordar. Pero ahora no tengo miedo. O sea, no tengo temor de ti. Es que a veces vuelvo a ver lo que les hicieron. Mi mamá alcanzó a esconderme debajo del sofá, por eso no me vieron. Desde ahí vi cuando los tiraron al suelo. Vi que los pateaban. Después se los llevaron arrastrándolos. Escondiéndome, salí para ver qué hacían. Los metieron en la parte de atrás de un auto negro. Y se perdieron en la noche. Los seguí porque quería saber adónde los llevaban. Caminé mucho rato. Y me escondía detrás de los árboles cuando pasaban los militares, que eran iguales a los que habían estado ahí. Divisé a un viejito de barba blanca y pensé que eras tú, entonces corrí para alcanzarte. Me desperté a orillas del río. Allí había otros niños más grandes que me preguntaban cosas. No podía responderles. Ya no me resultaba hablar. Parecía que las palabras se las habían llevado ellos también. —¡Ah! Y quiero saber mi nombre, porque también se lo llevaron. Eso quiero. 5 Lugar al lado de la rivera o playa. En Chile, uso de los vagabundos que viven en el Rio Mapocho.
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