El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
178 El tejido de la memoria le N°85-86 de 1952, cuando yo tenía menos de 5 años. Me lo mostró y me preguntó si podía leer el título; yo sabía leer desde antes de los 4 y era mi principal interés. Leí perfecto, “Mutualismo y simbiosis en la naturaleza”, lo que nos asombró a ambos por razones distintas: en mi caso, porque de las tres palabras principales solo entendí una. Lo releí entendiendo muy poco, pero intuyendo que allí había algo fundamental. Tengo la revista desde esos años y, ya en cuarto o quinto básico de esos años, releí un pasaje que sí entendí, porque fue importante en mi propia vida y mis relaciones cercanas: “También se vence en la vida por la alianza entre dos o más seres que se com- plementan. En la que cada cual aporta al otro y le hace falta”. Yo era hija única, faltaban años para que naciera mi hermano Diego, me costaba tener amigas y debo haber sido egocéntrica y autosuficiente. Pero de este profesor aprendí bellamente que el chagual vivía en mu- tualismo con el tordo, y las abejas con las flores. Por ende, así debía ser la sociedad humana, un espacio donde cada uno es necesario y siempre requeriremos de otras personas para alcanzar, si podemos, nuestro verdadero ser, y acompañar y ser acompañados. Tengo una sola nieta, Michelle, que hoy está en su primer año universitario en Psicología, siguiendo los pasos de su abuelo. Ya en el colegio comenzó a despertar a una adolescencia política y social, porque allí, cada año hacían un acto para recordar el medio litro de leche, la medida N°15 de las cuarenta iniciales del gobierno de la Unidad Popular. Me emocionó mucho cuando me lo contó, porque ya varias generaciones no vivieron ni han tenido información de lo que fue la dictadura ni lo que significó el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular. Tengo el convencimiento de que solo podremos ser mejores seres humanos conociendo lo que hemos he- cho bien y mal, conservando una memoria de los acontecimientos vividos, porque solo así podemos analizar, pensar, criticar, llegar a acuerdos, sin convertir a quienes piensan distinto a nosotros en ene- migos que deben ser eliminados de ese mundo que compartimos.
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