El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

176 El tejido de la memoria nificaron y ejecutaron, quebrando y transformando nuestra socie- dad de manera profunda. Sin embargo, esos mil días permanecerán siempre en mi corazón y en el de muchos de nosotros, como un pilar central de la vida y de las utopías y sueños siempre necesarios. Recuerdo ese martes, nublado, con llovizna, las radios infor- mando todo lo que podían, los estruendos del bombardeo, el discur- so de Salvador Allende que aún me hace llorar, increíbles palabras, como lo fueron todos sus discursos, pero ahora dichas muy cerca de la muerte y sabiendo que eso sucedería. Demuestra su estatura como ser humano y como político, con sus fortalezas y debilidades, pero fiel a sus ideas y a la defensa de la lucha por un mundo que acogiera a todos, donde cada ser humano tuviera un espacio digno en ese mundo. También, como persona y como presidente de Chile, Salvador Allende fue auténticamente defensor de la democracia, algo en lo que también creo más profundamente año a año. En el plano familiar no nos pasó nada irreparable, pero fue una generación cuyo proyecto de vida debió cambiar de manera radi- cal. Sin embargo, como tantos, tenemos amigos asesinados, desapa- recidos hasta hoy, torturados, sin justicia hasta hoy en muchísimos casos, y eso es una realidad para un gran número de nuestros com- patriotas. La mayoría de nuestros queridos e inolvidables amigas y amigos se fueron al exilio: Helga Krebs y Julio Montané, Letty Mar- tínez, Carlos Böker… Óscar Stuardo fue despedido muchas veces y se quedaba con nosotros hasta encontrar otro trabajo. Juvencio Concha, mi amigo de infancia, estuvo preso en varios centros hasta llegar a Chacabuco. La mayoría nunca pudo regresar, queriendo hacerlo, porque no tenían posibilidades de un espacio laboral; los más afortunados pudieron venir algunas veces… Nuestra casa fue un espacio de aco- gida para quienes habían perdido su mundo, sus proyectos de vida, seres queridos; obligados al exilio, golpeados profunda y vitalmente. Ahí Jaime tuvo siempre un rol fundamental como amigo y psicólogo.