El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

175 50 años del golpe de Estado en Chile No debe haber ningún golpe militar o civil militar en nuestro continente donde no haya estado la mano de Estados Unidos. y la Escuela de las Américas: Brasil (1964), Argentina (1966 y 1976), Bo- livia (1971), nosotros… Y desde esas circunstancias fueron arriban- do al país muchos exiliados, varios de los cuales llegaron a ser gran- des amigos, especialmente psicólogos y escritores argentinos, que debieron iniciar un nuevo exilio en 1973 y nunca volvimos a verlos. Uno de los mayores agentes desestabilizadores del gobierno fue el desabastecimiento, cuidadosamente planificado, más allá de los errores que hubieran podido cometerse. Cuando comenzaron a escasear los alimentos básicos, la propaganda de los ALMAC de la época decía algo como: “venga a nuestros locales, porque encontrará de todo”. Esta declaración duró poco, porque otros empresarios y grupos abiertamente partidarios del golpe deben haberlos llamado a terreno. Cerca de nuestra casa vendían pollos en una tienda de zapa- tos, sábanas en una verdulería, a precios elevados desde luego y así se armó un gran mercado negro con altísimas ganancias. Estuve a cargo de una JAP que abarcaba algunas manzanas de mi barrio; cuando llegaban los alimentos básicos a almacenes previamente comprometidos para vender al precio real, íbamos casa por casa entregando lo que correspondía. Muchos no hicimos “cola” jamás y aprendimos a cocinar con lo que teníamos. En marzo de 1973 se celebraron las elecciones parlamenta- rias, ya en un ambiente muy enrarecido; contra todo lo esperado, el porcentaje superó ampliamente al de las elecciones del presidente Allende, llegando al 43,3 %, un inesperado y gran triunfo. Jaime trabajaba como profesor de jornada completa en la es- cuela de Psicología de la Universidad de Chile; yo estaba en Arqueo- logía y era presidenta del centro de alumnos. Y el 11 de septiembre llegó el golpe con la violencia extrema que todos conocimos, tanto desde quienes apoyábamos el gobierno de la UP –esos mil días que permanecerán siempre en mi corazón– como desde quienes lo pla-