El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

174 El tejido de la memoria Pero eso no sucedió. Fue la primera gran desilusión de mi vida, porque apenas treinta mil votos habían destruido nuestros sue- ños. Sin embargo, continuamos con las luchas, marchas, reuniones, conversaciones permanentes, lecturas compartidas y comentadas con mis pares en el liceo y amigos; luego en la universidad, con mis padres y sus amigos, entre los que siempre me sentí una más. Y así saltamos a septiembre de 1970. Con Jaime nos casa- mos en 1969 y nuestro primer hijo, Jimmy, nació en enero de 1970. El 4 de septiembre fue un momento de felicidad plena, con el inicio de una utopía que caminaba hacia su realización. Sin duda, gran par- te de la sociedad conocería un mundo mejor, más igualitario. Como miles fui apoderada de mesa, porque además de la gigantesca campa- ña del terror planificada con mucho tiempo y recursos para llevarla a cabo, corría todo tipo de rumores y la prioridad era defender cada voto. El 9 de septiembre nos cambiamos a la casa que recién ha- bíamos comprado y que comenzó a ser el nuevo punto de encuentro de familia y amigos queridos y entrañables. Continúa desempeñan- do ese rol, aunque ahora que Jaime no está, siempre recuerdo unas frases del poema que escribió Neruda cuando murió su gran amigo Rubén Azócar, en 1965: “Tengo el as, tengo el dos, tengo el tres, pero faltas, hermano. Falta el rey que se fue para siempre con la risa y la rosa en la mano”. Increíblemente, había ganado Allende con el 36,6% de los votos, sin la mayoría absoluta, por lo que se realizaron numerosas concentraciones y actividades públicas para que el Congreso ratifica- ra el triunfo y, finalmente, así fue, a pesar del intento del asesinato del Comandante en Jefe del Ejército René Schneider, realizado para impedir la aprobación del Congreso. Sin duda, y así lo confirman los documentos desclasificados últimamente, los planes para impedir que un gobierno de izquierda llegara al poder por la vía democrática habían sido cuidadosamente pensados desde hacía muchos años; y si llegaba a producirse, la respuesta debía ser ejemplarizadora.