El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
20 El tejido de la memoria A cien metros del sillón presidencial Domingo Antonio Aravena Vergara 1 Era enero de 1974 trabajaba instalando máquinas de aire acondicionado para SINDELEN que estaba en calle Amunátegui. A la una y media partíamos a almorzar al mercado entre las calles San Martín y Amunátegui por la Alameda con dos ayudantes y mi compadre López. Los almuerzos eran abundantes, cazuelas de cerdo, prietas con puré, y lo mejor de todo, el postre, melón tuna ahuecado con la fruta flotando en vino blanco heladito. Aún sin terminar nuestros platos vimos estacionar en la en- trada del mercado, un auto oscuro y grande. Luego escuchamos, gri- tos, ráfagas de metralleta y vimos a la gente corriendo de un lado a otro. Entraron unos uniformados botando al suelo, caldos, cubiertos, mesas y sillas. Nos pusimos de pie calmando a las cocineras y al par de clientas que estaban cerca. –Ustedes hueones, salgan a la calle ahora. El que habló era el paco más alto y corpulento de los seis que ingresaron. Nos hablaba a nosotros. –Mi cabo –dije–, nosotros entramos a tomar un melón con vino no más. Somos trabajadores, tenemos que volver a la pega. –Cállate, mierda. Qué trabajadores ni nada. Son todos unos upelientos, desde afuera se siente el olor a la mierda que tienen los cinco en la cabeza. 1 Domingo Aravena Vergara falleció el año 2019. El relato testimonial que sigue fue aportado por su hija, Cecilia Aravena Zúñiga.
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