El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
156 El tejido de la memoria estaban muy enojados y otros decían que irían a la municipalidad a anotarse, luego se fueron y yo también, porque empezaba el toque de queda. Mi mamá estaba preocupada, porque uno de mis hermanos tenía fiebre y no sabía cómo salir de la casa para llevarlo al consul- torio a urgencia; y se hizo de fuerza y se acercó a una patrulla de milicos y habló con uno de ellos y me llevó también a mí y nos su- bieron y nos llevaron. Cuando nos bajamos estaba lleno de milicos el hospital, muy serios y con sus armas a cuestas, daba miedo mirarlos. Yo me senté en una silla con la cartera y unos chales esperando que atendieran a mi hermano, luego salió mi mamá y tuvimos que es- perar un rato y los mismos que nos trajeron nos llevaron de vuelta, ellos se quedaron donde siempre, a la entrada de la población. Mi hermano se mejoró rapidito. Yo no podré ir al colegio porque se me hicieron tira mis zapatos y tengo el pie grande y mi mamá me reta por eso, porque le dieron unos pares de zapatos usados y ninguno me quedaba, así que hasta que mi mamá se consiga uno estaré en casa. Vino la vecina a copuchar un rato con mi mami y le contaba que iban a inaugurar un metro, no entendí mucho lo que decían sobre eso, también le contaba que los milicos allanaron la casa de la señora María Suazo, porque el esposo estaba metido en un sindicato y que le rompieron la puerta y se lo llevaron al cuartel, lloraba y le decía en forma de pregunta ¿y si lo matan y no lo vemos más? Es tan buen vecino, decía, luego empezaron a pelar a otra vecina y se entusias- maron; estaban tomando vino y se les acabó y mi mamá se atrevió a salir para ir a comprar a un clandestino y fue sola y nos dejó con la vecina, porque no volvió en toda la noche. Su amiga preocupada, nosotros nos dormimos y ella no podía salir, por el toque de queda, luego también se durmió. Llego la mañana y apareció mi mamá con unas ojeras terribles contando que la habían detenido los milicos y que estuvo sentada toda la noche en la comisaria, mi mamá nos mandó al colegio y ella se acostó para recuperarse. Me encontré un cordel súper largo, lo enrollé y lo llevé a la escuela para jugar en el recreo; me sentí muy bien porque muchos
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