El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

18 El tejido de la memoria Luego de esa experiencia antártica la radio terminó en la oficina de José Rutllant, y de esa forma fue parte de mi paisaje diario desde que comencé a trabajar en la universidad. De ese tiempo recuerdo que la radio se mantenía encendida todo el día. Por razones de seguridad, el último que se iba por la tarde desconectaba la energía eléctrica de todo el piso, y el primero que llegaba en la mañana, la reconectaba, lo cual hacía innecesario encender la radio. Esta se mantenía sin- tonizada en una emisora de música selecta (radio Andrés Bello), de acuerdo con el gusto del dueño de la oficina. Ocasionalmente, por una razón práctica – averiguar la hora – se sintonizaba radio Cronos, que la anunciaba con intervalos de un minuto, rellenando con avisos comerciales entre medio. Cuando José Rutllant partió a realizar sus estudios de doc- torado en la Universidad de Wisconsin, heredé la oficina y la ra- dio, transformándome con el tiempo en el custodio de ese recuerdo histórico. Allí permanece hasta hoy, ocupando orgullosamente un espacio reservado a libros y apuntes, habiendo experimentando en todos estos años solo una mudanza, el 2004, desde el tercer piso del edificio en Blanco Encalada 2085, junto al casino, al cuarto piso del edificio de Ingeniería Civil – Geofísica. Pero el recuerdo más significativo, de penosa nostalgia, que ese aparato representa para mí es su compañía como fuente de in- formación el 11 de septiembre de 1973. Tenía ese día una clase a primera hora en alguna de las salas que existían en el tercer o cuarto piso de la Torre Central. Había llegado más temprano que de cos- tumbre, y era el único en la sala. De pronto escuché gritos fuera de la sala. ¡Golpe de Estado!... ¡Golpe de Estado!... gritaba alguien que bajaba corriendo por la escala… Mi reacción instantánea fue correr hacia mi oficina al otro lado de la calle, y allí estaban todos quienes habían alcanzado a llegar, reunidos en torno a esta radio, escuchan- do los bandos militares y las emisiones de algunas radios que aún se mantenían al aire… Nos quedamos congregados en silencio… en

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