El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile

146 El tejido de la memoria se han obtenido resultados diferentes y contradictorios en relación con las primeras identificaciones, lo que implicó que algunas fami- lias que habían recibido restos, supuestamente de su ser querido, se enteraran de que estos correspondían a otra persona. De esa forma el pesar y la agonía vuelve a comenzar y se torna a la búsqueda nue- vamente. Aunque el trauma es potente, pues va a significar reabrir todas las heridas que pudieron comenzar a cicatrizar, aun así, es relevante continuar. Luego, está el trauma de las personas que fueron detenidas y torturadas sistemáticamente, que son los presos políticos, que sufrie- ron torturas de las formas más cruentas y sanguinarias que podían haber sido utilizadas, innovando en muchas ocasiones al respecto. Las vidas de las personas sometidas a tortura cambió radicalmente. En estas torturas está presente la violación tanto de hombres como de mujeres, cometidas por soldados delante de sus esposos, padres, esposas, etc., como obligados a violar a su hija, a su hijo, Estos actos fueron realizados por soldados y por animales entrena- dos para este fin. Al salir de la cárcel, muchas de las personas que eran parejas, no pudieron continuar juntas, familias desintegradas por el dolor, la ira y la impotencia, además del pudor, la vergüenza, por las humilla- ciones sufridas sin razón más que pensar diferente. Por otro lado, existe el trauma de aquellos que tuvieron que huir del país porque fueron perseguidos y sabían cuál sería su fin si los atrapaban. Escaparon a otros países que los acogieron, dejando todo, todo. Pero era otro país, otra cultura, donde tuvieron que adap- tarse o perecerían de igual forma. Este es otro trauma y que tiene que ver con la separación del espacio al que se pertenece, de donde eran, el lugar de las raíces que fueron abruptamente arrancadas sin ninguna piedad. En su mayoría eran jóvenes de dieciséis a veintinueve años, aunque también hubo personas mayores y menores. No se escapó nadie.

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