El tejido de la memoria: 50 años del Golpe de Estado en Chile
121 50 años del golpe de Estado en Chile Como en ese tiempo vivíamos en un clima de agitación, pa- ros, manifestaciones y contra manifestaciones, al principio como que no di mucha credibilidad a estos rumores. Pero el hecho de que la hora pasaba y no había indicios de la llegada del profesor solo hizo aumentar las alarmas. Ahora el rumor de un golpe de Estado empe- zaba a extenderse tan rápido como pólvora explosiva a través de todo el campus de Macul. Recuerdo que nos sugirieron irnos a la cafete- ría para conseguir más información. En la cafetería, entre los pocos estudiantes que allí había, reinaba la confusión y no había ningún dirigente estudiantil o autoridad dando informaciones o instruccio- nes acerca de qué hacer. Lo que sí ocurrió es que en algún momento empezó a escucharse fue una radio que a través de los alto parlantes de la cafetería informaba sobre el pronunciamiento militar en curso y se leían los primeros bandos, al mismo tiempo que se instaba a la población a regresar a sus casas y estar atentos a las instrucciones, incluyendo las restricciones de un posible toque de queda. Así las cosas, no hubo más remedio que regresar a casa. Sería alrededor de las once de la mañana cuando salí del Pedagógico bus- cando los medios de transporte para el regreso. En las calles se nota- ba la agitación de la gente buscando sus medios de movilización. Los autos privados, buses y taxis se desplazaban rápido y ruidosamente en distintas direcciones de las calles mientras la gente, especialmen- te los estudiantes, buscaban apresuradamente sus distintos medios de transporte. Sería alrededor del mediodía cuando finalmente lle- gué a casa. En ese tiempo vivía con mi hermana Olga y mi cuña- do Albertino, en una casa anexa al campamento de la Dirección de Vialidad, ubicado justo al final donde la Avenida Vitacura se curva y se transforma en Avenida Tabancura. No vivíamos en el barrio alto por estatus (se supone que en el barrio alto viven mayoritariamente los ricos o gente acomodada), sino porque esa casa se le adjudicaba a mi cuñado por ser funcionario de Vialidad. Al llegar a casa pudimos ser testigos de los primeros indicios de lo que sería la represión que se veía venir. Efectivamente, a una
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=