Guía de buenas prácticas para la gestión de la calidad de datos de biodiversidad

48 Volver al índice 3. Buenas prácticas para la GCD a . Proyectos de nuestra autoría b . Colecciones de museos c . Colecciones de herbarios d . Artículos de datos (conocidos como “datapaper”) e . Bases de datos de servicios públicos f . Libretas de campo g . Registros de expediciones científicas h . Fotografías antiguas i . Grabaciones audiovisuales j . Documentos históricos Estos datos son valiosos, ya que proporcionan registros de ocurren- cia de especies de distintas escalas temporales, pudiendo complemen- tar el conocimiento actual. Debido a esto, puede ser de gran interés la utilización de estas bases o conjuntos de datos por sí mismas, o inte- grarlas a nuestra base de datos. 3.3.1. Estructuración Los conjuntos o bases de datos que no hayan sido producidos bajo estándares de control y aseguramiento de la calidad muy posiblemen- te estarán desestructurados según nuestro perfil de datos. La estructuración refiere al ordenamiento, disposición y estandari- zación de los datos capturados en la recolección siguiendo la estruc- tura del modelo de datos del estándar DwC. Operativamente significa someter los datos a 5 subprocesos (Figura 9) , cada uno de los cuales será más o menos necesaria dependiendo del caso particular. Algunos conjuntos de datos necesitarán todas las etapas, y aun así su calidad no cumplirá a cabalidad con nuestros estándares; en tanto que otros solo necesitarán una o dos etapas. A diferencia de los datos secundarios de biodiversidad, los conjun- tos de datos que provengan de una GCD prospectiva ya cumplen con el ordenamiento y digitalización (subcapítulo 3.3.1.1.1) , y el mapeo di- recto (subcapítulo 3.3.1.2) , por lo que su gestión de calidad será más sencilla y requerirá menos tiempo.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=