Atención en salud de niños, niñas y adolescentes de los diversos grupos humanos ¿Realmente somos diferentes?
14 Atención en Salud de Niños, Niñas y Adolescentes de los Diversos Grupos Humanos ¿Realmente somos diferentes? latencia variable hasta lograr lo que desean. Estos factores contribuyen a que estas personas queden en una situación de mayor vulnerabilidad. Se agrega, además, condiciones de vulnerabilidad personal, especialmente cuando experimentan la enfermedad en un contexto que les es ajeno y donde, además, hay falta de soporte social y hay sufrimiento asociado a la exclusión. Cuando la persona se enferma, intenta mejorar su salud utilizando los marcos de referencia y recursos que le son familiares y que le proporcionan conocimiento acerca de cómo enfrentar la enfermedad. Este concepto es de extrema relevancia en el inmigrante haitiano. Para un creciente número de personas inmigrantes, este apoyo desaparece una vez que están en el país de acogida, donde la mantención de la salud no siempre es posible y esto es aún más evidente en la población infantil. Muchos de nosotros hemos escuchado o experimentado que las madres haitianas tienen poco apego o al menos un apego diferente con su recién nacido. Nuestro rol como personal de salud no es juzgar sino más bien entender el porqué de esta situación. Y probablemente esto radica en la alta tasa de mortalidad infantil que existe en Haití, alcanzando 47muertes por cada 1.000 nacidos vivos, siendomás de 3 veces la tasa promedio para la región de América Latina que alcanza 14 muertes por cada 1.000 nacidos vivos y más de 7 veces la tasa de Chile con 6.1. Muchos de estos conceptos son tratados en lo que se ha llamado la Medicina de la Inmigración. “Lamedicina de la inmigración no es unamedicina de parásitos ni virus raros. Es medicina de hombres y mujeres que se diferencian en la forma de expresar su sufrimiento, su modo de concebir la enfermedad, el acto médico, el dolor o lamuerte. De unos hombres ymujeres que han dejado una cultura sanitaria sin haberla abandonado y adquieren otra sin todavía comprenderla, de unos enfermos que esperan de nuestromundo sanitario una tecnología carismática que los salve, pero que no aciertan a hacer comprender sus problemas interiores a médicos y cuidadores”. R. Colasanti - II Congreso de Medicina y Emigración. Roma, 1990
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