América es la casa. Arte mural y espacio público en Chillán

1881 ,' Conversación con Fernando Marcos Fidel Torres, Rodrigo Vera, Luis Arias Santiago, octubre 2010 El mural Muerte al lllvasor de Siqueiros y Guerrero, en la ciudadde Chillán, es elmural más importante de nuestro país. ¡Usted trabajó allí? La verdad es que yo no participé en la gesta de Siqueiros- Guerrero, porque era bastante joven y ahora soy bastante viejo, pero tuve una cabal conc iencia de la pintura, en razón a las conferencias que dio Sique iros, a las que asistí. Era alumno del BellasArtes )' por supuesto tengo mayor experiencia en Siqueiros que en Guerrero, y con Siqueiros co rnpleté mi s conocimientos, porque restau ré sus rnurales de Chill án, entre los a,i os 1957 y 1958. Yo había tenido la oportunidad de tener conversaciones con Siqueiros, porque en un momento dado, cuando tuve la beca de México, Siqueiros necesitaba ayudante y estaba Orlando Silva, que fue un chileno que se fue muy a,lticipadarnente a México y que después fue ay udan te de Laureano Guevara, el creador de la pintura mural como docencia. Siqueiros tenia varios proyectos, entonces nos llamó para trabajar con él, pero resu ltó que yo tenía la bec.1y tenía que as istir a las clases de pintura y escultura de la escuela en México, por un lado. Y por otro, resultaba que Siqueiros, las veces que yo podía ir con colegas chilenos, que estaban radicados en México, nos citaba a las8.oo 09.oohrs. yél llegaba a las 14.00. Estábamos ahí perdiendo el ticm¡io, y yo tenía clases en la Escuela de Pintura y Escu tura, y mi ¡irofesor era Pau lo O'Higgins, un gran pintor mura is t:i norteamericano que se radicó en México y pasó a ser profesor allá, y posteriorme11te, tengo entendido que fue a terminar en Tahiti o algo así. Era rnu y arnable, muy compailero de los alumnos, entonces cuando le llevé las fotografías de los murales quehice en la Ciudad del Ni1io en homenaje a Gabriela Mistral y a los trabajadores, me dijo ·· ,minos a ve,; a 11sted q11eya es 1111 11111ralistt1 formado le w11vie11e estar e11 co11tacto co11 Rivcrn", )' tuimos a verlo cuando Rivera estaba trabajando en el Palacio de Gobierno, en el segundo piso, en la entrada de Vcracruz de Cortés. Y quedé como su ayudante. Por supuesto ya no hubo más de ese tipo de ayudantías con Siqueiros. Si tuvimos situaciones de invitarlo, porque yo había arrendado un departamento central y había un conflicto de la juventud artística que estaba aplastada por los moralistas, por lo que habían entrado en cierta beligerancia, entonces algunas reuniones sehicieron en ese departamento. Con Siquciros mantuve buena amistad, tanto así que cuando él se entera de que los murales estaban siendo destruidos en Chi ll.ín , tiene conversac iones conmigo, y enseguida, cuando yo regresaba ya en esos arios a Chile, traje una carta al Ministerio de Obras Públicas, en la cual Siqueiros ex igía que restauraran esos murales, una obra a la que él tenía mucho amor, y que había hecho con el mayor esfuerzo de su capacidad pictórica . Yo llego con la carta, y resulta que me recibe el director de Obras Públicas. Lee la carta de Siqueiros y me dice, "le cnwe11tro rnzó11 a Siqueiros, pero aq11í 11osotms nos hemos preocupado, llamamos a artistas q11e p11dicra11 hacerse cargo de la rcstauració11 de Siqueiros, y ni11guno aceptó excepto Gregorio de la Fuente". Estaba todo listo, el presupuesto y cosas así, cuando saca Grcgorio otra carta de renuncia dic iendo que la obra ya está insalvable porque !'l(\ISI\(.-\ l I l ( "

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