América es la casa. Arte mural y espacio público en Chillán

Julio E, c.h,11.·1,Jv.,qumCut1l"m.•1 y t.·I ,,h_t.•1doh.· Jo,J A rr,mo. Fu,· g 1\ 1c 1.1, al .-:.cntor Jo.H1uin Gutiérrl."z, qm· :-..- con• l ,t<."lo ., Julio E, d m\'l, Ul\'11,rnd\, ll) ., p in tar d mu,al P,wnpw y hu 1·. n l.1 ~ 11111 i1.. ip.tl 1d.h .l dv Chill .in. 1061 • H acia finales de los ai\os 60, el país, como el continente, vivía tiempos de cambio profundo. Por cierto, ello se expresaba t:cu, fuerza en el campo de la cultura y el arte. En nuestro país es el tiempo de la NueYa Canción, de Víctor, Violeta, Inti-Illimani, Qui lapayún, Rolando Alarcón, Sergio Ortega, Luis Advis, florece la literatura en todos sus géneros, un cine nuevo, d teatro alcanza niveles de desarro- llo muy altos, etc., etc. No sólo la cultura va al pueblo como espectáculo y formación, sino que el pueblo a la cu ltura. Ello alcan- 1.aría su má.'limo punto en Chile con el go- bi erno de la Unidad Popular y el impulso a 1~ cultura y las artes. Recuérdese sólo lo que tue Quirnantú, la editorial del Estado que puso en manos de las masas de trabajadores lo mejor de la literatura universal a precio mínimo. Nunca olvidaremos la imagen de obreros leyendo en micros y trenes, espec- táculo que no volveremos a ver en ai\os. En ese contexto, ciudades como la nuestra no escapan a ese movimiento y se vive el auge de los programas culturales en la radio, el d('sarrollo del Teatro, las Peúas en donde cantaron 110 sólo los artistas lo- cales, Osvaldo Alveal y Toño Monroy entre tantos, sino además figuras de la altura de Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Car- los Puebla, etc., etc. Otro dato relevante fue la presencia en Chill:\n de escritores del mundo que vinieron a conocer la experien - cia chilena. Entre otros, estuvimos con Gra- ham Green. Fui alcalde de la ciudad a fines del gobi erno de Frei y comienzos del de Allen- de. Todo gracias a un pacto de izquierda ( PC- PS-PR) que, de hecho, adelantó lo que luego seria la Unidad Popular. Mediante ese acuerdo, nos repartimos un período por lapsos de poco más de un a,io ent,·e do,ia Lidia Zú11iga (PR), Nicolás Garcías (PS) y yo (PC). Dada mi admiración y la de tan- tos por el mural de Siqueiros en la Escuela México, y como admirador de la obra deJu- lio Escámcz ( Farmacia Malujc en Concep- ción, Escuela Cuba en Lota), contacté con él a través del escritor costarricense-chileno, ya fallecido,Joaquín Gutiérrez ("Puerto Li- món'~entre otras) en cuya casa Julio había pintado una belleza. De esas conversacio- nes nace la idea que discutimos después al interior de las fuerzas de izquierda en Chi- llán. Luego presentamos el proyecto for- malmente al Municipio, en un debate que no estuvo exento de los irracionales celos políticos, la ignorancia supina de algunos, el anticomunismo cavernario, etc. Finalmente, se aprobó la propuesta y el presupuesto. La idea era expresar una síntesis de la historia contemporánea, don- de estuvieran las labores primarias, agríco- las, de la economía, el desarrollo tecnológi- co industrial con sus ventajas y peligros, en donde el hombre pasa a ser simple engrana- je de la maquinaria creadora de riqueza para los menos, las guerras, el armamentismo la hegemonía de las naciones poderosas, la lucha por la paz y el progreso, y un futuro luminoso basado en la solidaridad entre los seres humanos, la creatividad, las artes, el desarrollo armónico sin explotados ni ex- plotadores. Un breve paréntesis. Es a propósito de otro mural que es patrimonio de Chillán. Hablo del mural de Siqueiros de la Escuela México y lo que quiero relatar es simple- mente que durante mi exilio de 1O aúos en México, fu¡ amigo de su viuda, Angéli- ca Arenal, y de la familia Arenal. Ellos me ratificaron que el artista consideraba como

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