Policy Brief - Regulación de cigarrillos electrónicos: propuestas para enfrentar riesgos emergentes

5 La industria y las asociaciones de vapea- dores lo promocionan como una alterna- tiva para fumar o para dejar de fumar. Sin embargo, los datos existentes demuestran que vapear no está exento de riesgos, y que estos productos o los aerosoles que se producen durante su consumo presentan muchos de los mismos compuestos tóxi- cos y carcinogénicos que se encuentran en el humo del tabaco. Fuente: AndreyPopov (iStock). los vapeadores son el propilenglicol y el glicerol. Cuando és- tos se calientan para producir el vapor dan lugar a sustancias cancerígenas y sustancias irritantes para las vías respiratorias (Winnicka & Shenoy, 2020; WHO, 2023). También contienen aromatizantes que son utilizados para propagar su uso entre jóvenes y adultos (Harrel et al., 2017). Estas sustancias pueden generar inflamación y cicatrices a nivel de los bronquiolos, lo que obstruye las vías respiratorias (WHO, 2023). Al respecto, y a la luz del reciente brote de enfermedades respiratorias graves (Park et al., 2022), y otros riesgos potenciales asociados con el uso de cigarrillos electrónicos, en algunos estados de los EE. UU. se aprobó la prohibición de aromatizantes de cigarrillos electrónicos y tabaco (Yang, et al., 2023). Las partículas ultrafinas y sustancias tóxicas (cadmio, plomo, níquel, tolueno, benceno, acetaldehído, entre otras), que con- tienen estos aerosoles son similares a las que se encuentran en el humo del tabaco, pero generalmente a menor concen- tración. Es decir, los SEAN/ SESN no son inocuos y conllevan riesgos asociados con su uso y con la exposición a sus aero- soles de segunda mano (Osei et al, 2019; Islam et al., 2022). La evidencia científica emergente, cada vez más abundante, muestra que los daños a la salud que provoca el uso de estos productos afectan al propio usuario de estos dispositivos, y a las personas de su entorno. Además, en EE. UU., entre 2022 y 2023 y en base a un análisis de 7043 casos documenta- dos por el CDC (Centro de Control de Enfermedades), se en- contró un incremento en la cantidad de casos de exposición a cigarrillos electrónicos que presentaban intoxicaciones y envenenamiento, la mayoría de los cuales fueron por inha- lación o ingestión accidental, con alrededor del 88% de los casos informados en niños menores de 5 años (Harris, 2023). Como otro antecedente, la Directiva de la Unión Europea del año 2014 (DO L 40 de 03.04.2014, p. 29), ha definido orien- taciones para la regulación relacionada con estos productos con el objetivo de limitar los riesgos relacionados con la ni- cotina y otros de sus componentes. En muchos casos, el consumo de cigarrillos electrónicos pre- cede al de cannabis y/o tabaco, favorecido por sus sabores y aromas conocidos y apreciados por los niños. Es más, el

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