La evaluación universitaria: antecedentes, desarrollo y proyecciones. 15 años de estudios técnicos del Consejo de Evaluación
409 Capítulo 3. Procesos estratégicos y Gestión Universotaria. 1. Introducción La Universidad de Chile desarrolla tareas complejas, que van más allá de los ámbitos directamente relacionados con la docencia, incorporando tareas de investigación/creación, extensión/vinculación con el medio y otra serie de procesos que demandan el control de una considerable cantidad de factores en la toma de decisiones. La multiplicidad de funciones que esta casa de estudios busca desarrollar en todas las áreas del conocimiento y dominios de la cultura, integrando diversas unidades académicas, requiere contar con información pertinente y actualizada que permita orientar las acciones emprendidas en pos de mantener su tradición como la mejor universidaddeChileycumplircon losobjetivosqueanteel actual escenariode lasociedadchilenasehaplanteado. Como la universidadmás importante del país, laUniversidad deChile enfrenta grandes desafíos asociados a la evaluación del desempeño de la gestión pública. La necesidad de optimizar los niveles de eficiencia y eficacia en el uso de los recursos y fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas, exige contar con indicadores apropiados (Bonnefoy y Armijo, 2005). Para ello es de vital importancia consolidar una cultura de la evaluación y mejoramiento continuo de los procesos internos de la Universidad de Chile, permitiendo la observación y corrección permanente de las acciones impulsadas a nivel transversal y en sus distintas unidades (Consejo de Evaluación, 2010a). Los indicadores estratégicos y de desempeño que se propondrán en este documento contribuyen significativamente a la evaluación de los Procesos Estratégico-Institucionales, vale decir, aquellos procesos estratégicos que responden a los Objetivos Estratégicos definidos por la Universidad o sus respectivas unidades académicas (Consejo de Evaluación, 2010a). El listado de indicadores de desempeño que permiten evaluar estos objetivos está contenido actualmente en el Anexo 4 del PDI de la Universidad de Chile. La estandarización de estos indicadores y su perfeccionamiento continuo debieran considerarse tareas permanentes de la Universidad. En términos ideales debiese existir, además, una multiplicidad de indicadores disponibles para evaluar los respectivos PDI de las distintas unidades que constituyen la Universidad y nuevos Objetivos Estratégicos que se plantean a la Universidad constantemente. Una característica específica de los indicadores de desempeño es que, a diferencia de los indicadores estratégicos, estos pueden servir para evaluar otra serie de actividades ajenas a los Procesos Estratégico- Institucionales. Así, algunos indicadores de desempeño pueden utilizarse en la evaluación de procesos y Proyectos Regulares (asociados a actividades habituales de la universidad) o Estratégicos (iniciativas que pretenden introducir transformaciones innovadoras) no necesariamente asociados a Objetivos Estratégico- Institucionales. Los indicadores estratégicos, en cambio, al derivarse de las Propuestas de Acción contenidas en el PDI de la Universidad responden directamente a la voluntad política de las autoridades y –en cierta medida- de la comunidad universitaria. Su alcance se inscribe, en este sentido, en ciertas orientaciones de acción de carácter algo más específico y contingente. El producto más relevante de este estudio es una propuesta fundamentada de indicadores estratégicos, construidos a partir de las propuestas de acción establecidas por las autoridades de la Universidad en su Proyecto de Desarrollo Institucional (PDI). Una serie actualizada de indicadores estratégicos permite establecer mecanismos que midan el avance de las Propuestas de Acción 181 y condensar al máximo la información más relevante para la Universidad en un momento dado de su desarrollo institucional, de manera tal que consultando entre 10 y 20 indicadores se pueda construir una imagen clara del avance en ámbitos definidos como prioritarios. Esto, por lo demás, junto con facilitar la toma de decisiones a nivel institucional, contribuye a mejorar la rendición de cuentas de las autoridades a la comunidad universitaria. Es de vital importancia tener en cuenta que la discusión de los indicadores adecuados para evaluar el desempeño de la Universidad es solo un aspecto del proceso general que implica mantener estándares de evaluación permanente para orientar la toma de decisiones. La evaluación constituye un proceso planificado que se compone de varios factores como: personal, procedimientos de levantamiento y sistematización de los datos, sistemas de información, equipos e instalaciones, etc. (Atehortúa, 2005). Los procesos de evaluación deben considerar, por tanto, la armonización de todos estos factores en un sistema coherente y planificado que logre integrar todos los procesos desarrollados en la Universidad. Desde esta perspectiva, al constituir una dimensión particular del proceso de evaluación, la elaboración de indicadores se encuentra en buena medida condicionada por la calidad del resto de los factores antes mencionados, a la vez que –en su mejora permanente- impone desafíos para cada una de las dimensiones restantes. 181. Las que a su vez contribuyen al logro de los Objetivos Estratégicos que la Universidad se ha trazado.
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