La evaluación universitaria: antecedentes, desarrollo y proyecciones. 15 años de estudios técnicos del Consejo de Evaluación

14 La evaluación universitaria: Antecedentes, Desarrollo y Proyecciones. 15 años de estudios técnicos del Consejo de Evaluación pero no es equivalente ni igualmente útil que poseer un documento detallado que exponga demanera racional las razones para tal o cual curso de acción. Una segunda consideración del Estudio Técnico número 2 importante de destacar, es su énfasis en la necesidad de una evaluación tanto de fuentes internas como externas, para evitar la autocomplacencia. A nivel de anécdota, habitualmente se discute acerca de la necesidad de incorporar - quizás solamente con derecho a voz - en los distintos comités y cuerpos colegiados de la Universidad (por ejemplo, los comités de concurso o de evaluación) a personas externas a una unidad o a la Universidad, según sea el caso, para enriquecer la discusión. Con relación al Plan de Desarrollo Institucional (PDI) de la Universidad, el Estudio Técnico número 29 del CEv realizó una crítica seria y profunda al PDI 2006-2016, realizando propuestas para corregir falencias importantes a nuestromodo de ver y que, es de esperar, hayan sido consideradas para el PDI actualmente vigente. De todas formas, una crítica severa, que parece apuntar a un asunto estructural, fue la falta de coherencia percibida entre el PDI de la Universidad en su conjunto respecto del PDI de cada una de sus unidades. El asunto estructural aludido es, en concreto, un reflejo de la gran heterogeneidad al interior de la Universidad de Chile. Desde un punto de vista, esta heterogeneidad puede ser un elemento positivo y enriquecedor: las distintas perspectivas de las humanidades, las artes, las ciencias y las diversas disciplinas y profesiones pueden ser - con la gestión adecuada - mutuamente enriquecedoras. Sin embargo, la heterogeneidad parece traducirse también en disímiles calidades de desempeño y, al mismo tiempo, en ineficiencia relacionada con asuntos aparentemente pedestres, como es la falta de unificación de los sistemas de información y datos, que obstaculiza el acopio y uso de la información necesaria para realizar evaluaciones basadas en evidencia. Otra crítica al PDI 2006-2016, esta vez plasmada en las conclusiones del Estudio Técnico n° 13 - que apunta a un asunto más bien genérico - es la ausencia de indicadores asociados a algunos Objetivos Estratégicos y Propuestas de Acción. Si bien es fácil caricaturizar esta crítica diciendo que hay elementos y conceptos que no es posible cuantificar - lo que, desde luego, es cierto -, también es fácil caricaturizar la falta de indicadores como el enunciado de buenos deseos, acerca de los cuales es imposible saber acaso se cumplen o no. Un buen ejemplo de esto es el objetivo de “Ser efectivamente una institución integrada y transversal”, sin definir adecuadamente cada uno de los conceptos involucrados, diagnosticar la situación actual (línea base) y establecer un itinerario de desarrollo futuro deseable. En segundo lugar, es conveniente abordar la tendencia en la proporción entre las carreras académicas. Los estudios realizados acerca de la carrera académica revelan tendencias que pueden ser preocupantes en términosdelasnormasypolíticasquehaestablecidolaUniversidad.Unadeestastendenciases laconsiderable transformación de la composición de la Carrera Académica como resultado del progresivo aumento de la proporción de académicos adscritos a la Carrera Docente, junto a un también progresivo crecimiento de la Categoría Adjunta. Como resultado, y sin perjuicio de que ambas categorías no están presentes en todas las unidades de la Universidad, se ha producido una disminución progresiva de los académicos adscritos a la Carrera Ordinaria. De ahí que, en la composición de las comisiones de la función evaluadora - y si bien la gran mayoría de sus miembros pertenecen a la Carrera Ordinaria - también se observa un aumento sostenido de la Categoría Docente. Otra de las tendencias actuales que requieren ser discutidas tiene que ver con la mayor fragmentación de la jornada académica en la Universidad y el incremento del desajuste en el rango de las Jornadas Completas Equivalentes Anuales (JCEA), tomando en consideración los criterios establecidos por el CEv. Se advierte el hecho de que el aumento de los nombramientos académicos es significativamente mayor al aumento de las JCEA, junto con una disminución de jornadas en la Categoría Ordinaria, a lo que se agrega un incremento de las JCEAen el rango inapropiado. Al respecto, sería necesario cotejar esta tendencia con lo señalado en el artículo 10º del Reglamento General de la Carrera Académica de la Universidad de Chile (D.U.0035864, 2019), el que establece que “el número total de miembros de la Carrera Académica Docente en la Universidad no podrá exceder el cincuenta por ciento del número de Académicos de la Carrera Académica Ordinaria, en ejercicio en la Corporación”. Así, podría ocurrir que en un futuro próximo el mayor número de académicos de la Universidad no pertenezca a la Carrera Académica Ordinaria, sino que a la Carrera Académica Docente. En tercer lugar, está la cuestión del acompañamiento académico y autogestión de la carrera académica y cómo enfrentan las y los académicas/os la evaluación de su desempeño. Quienes en el nivel académico se integran a nuestra Universidad disponen de una amplia libertad para explorar libremente en sus disciplinas los temas de su especialidad y han sido incorporadas/os con el

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=