Estudio de la gestión adaptativa en Chile: descubriendo elementos para la resiliencia
230 /328 ELEMENTOS SOCIALES mento y paisaje, junto con el aumento del costo de los insumos necesarios; 2. Existe la percepción entre los arrie- ros de ser los últimos miembros de sus familias que se dedicarán a esta forma de ganadería en la cordillera. Estos as- pectos plantean una presión adicional a la hora de proponer mecanismos de desarrollo territorial. 3.2. Medidas de adaptación Las comunidades de arrieros que tienen mujeres en su directiva han logrado es- tablecer mejores mecanismos de trabajo con otros actores e instituciones. Ade- más, han participado en la co-creación de un nuevo ciclo de uso del territorio. Este nuevo ciclo se fundamenta en la or- ganización de los actores presentes en este espacio, permitiendo definir un ci- clo de uso del ecosistema de montaña. Incluye capacitación sobre el monitoreo de la resiliencia del sistema ecológico y la búsqueda de transferencia técnica. Estas agrupaciones se destacan por ha- ber incorporado actividades turísticas y una economía de servicios. Además, presentan una forma más responsable de relacionarse con el territorio y sus re- cursos, implementando mejoras en los espacios utilizados. Esto ha permitido el logro parcial de los resultados esperados del proyecto. Estas agrupaciones buscan que el ciclo de uso ganadero en la cor- dillera incluya un componente turístico, definiendo actividades deseables y cons- truyendo un código de uso del territorio basado en la gobernanza entre actores locales. Asimismo, se enfocan en desa- rrollar un enfoque de pastoreo sostenible y la creación de productos turísticos de intereses especiales relacionados. Sin embargo, un aspecto esencial para las comunidades se relaciona con la insegu- ridad en la tenencia de la tierra. Aunque son usuarios del territorio de la cordillera, carecen de mecanismos para acreditar la propiedad. En algunos casos, esto li- mita la posibilidad de realizar mejoras con financiamiento externo. Esta situa- ción puede aumentar el desarraigo del espacio local, generando focos de ba- sura y otras situaciones que afectan el ecosistema en la cordillera. La implementación del proyecto ha bus- cado fortalecer mecanismos participati- vos en la gestión de los ecosistemas de la cordillera mediante la incorporación de nuevos conocimientos para la toma de decisiones por parte de las comu- nidades. Sin embargo, esto no ha mo- dificado el uso de los recursos presen- tes en el territorio. En consecuencia, no se ha observado una modificación más amplia que apunte a un mayor cuidado y restauración de bosque nativo, vegas y bofedales.
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