Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]
82 – malestar y destinos del malestar Artes del descontento sus textos según un pensamiento más circular. Vamos a ver que la cultura del libro y aquella de las pantallas se oponen práctica- mente en todos los puntos: la ruptura es, a la vez, cultural, cognitiva y psicológica 2 . Un vuelco cultural Como su nombre lo indica, la cultura del libro es una cultura singular; dicho de otro modo, de lo uno. Por el contrario, la cultura de las pantallas es una cultura múltiple. Pero comencemos por la cultura del libro. Ella está ubicada bajo el signo de lo uno: un lector se encuentra solitario frente a un único libro escrito por un solo autor. Esta cultura está dominada por una concepción vertical del saber: aquel que sabe escribe un libro para aquellos que ignoran. A través del libro, estos últimos acceden al cono- cimiento del clérigo o del sabio, cuestión inseparable del monoteísmo. El libro está, por de pronto, compuesto de una vez por todas, eternamente, además de protegido por su cubierta de cuero y su canto dorado. No es casualidad que los obreros del libro vieran reconocido su estatus, en parte, ligado al carácter noble de su arte. Final- mente, el libro está asociado a la idea de hacer una sola tarea a la vez y hacerla hasta el final, lo mejor posible. La cultura del libro es inseparable de un trabajo perfecto. Se quiere – él mismo – definitivo, mientras paralelamente destila el ideal de un trabajo que cuida la perfección. La cultura de las pantallas privilegia, por el contrario, lo múltiple: muchas per- sonas se reúnen frente a múltiples pantallas (o una sola pantalla dividida en diversos fragmentos) cuyos contenidos han sido creados por equipos. Y aun cuando cada usuario está aislado frente a su propia pantalla, la cultura de las pantallas reúne a todos aquellos que la miran al mismo tiempo: sea de manera imaginaria 3 en las grandes “misas mediáticas televisivas”, sea específicamente en lo real de los juegos de video en red. Esta cultura se encuentra evidentemente situada bajo el signo de una relación horizontal del saber: su modelo es la enciclopedia Wikipedia . Es una cultura de lo múltiple, del mestizaje, del multiculturalismo, incluso del politeísmo. Es, también, una cultura multi-tarea, en la cual cada una de ellas es pensada como provisoria. Finalmente, la relación con el espacio y el tiempo está modificada: cada punto del espacio da instantáneamente acceso a todos los otros (es el principio de la tele- portación en los juegos de video); mientras que el tiempo no puede ser previsto ni anticipado pues es el reino de lo imprevisible. 2 Cf. Serge Tisseron, “Influence du virtuel sur le développement,” en Traité européen de psychiatrie et de psychopathologie de l’enfant et de l’adolescent (Paris: Médecine Sciences-Publications/Lavoisier, 2012). 3 Cf. Serge Tisseron, Psychanalyse de l’image, des premiers traits au virtuel (Paris: Dunod, 1995).
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