Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]
62 – malestar y destinos del malestar Artes del descontento de la Ley o, más bien, al espectro de una Ley que no manda nada salvo “gozar”, “hacer lo que te plazca”. No hay para qué engañarse: no por nada se habrán cometido actos deleznables en nombre del Arte . Sabemos que los casos controversiales abundan, y que existen otros tantos que no merecen más que una reprobación firme y sin nin- guna clase de concesiones a la impostura de la “ruptura artística a todo costo”. Tal sería el caso de exabruptos – difícil calificarlos de otro modo – tales como los de Zhu Yu, el artista que busca celebridad a costa de comer fetos abortados, en una acción que se pretende de corte “ritual” 12 ; o los del costarricense Guillermo Vargas, alias Habacuc , acusado de arrojar a la inanición a un débil perro vagabundo dentro de una galería enManagua 13 ; o incluso de algún proyecto del alemán Gregor Schneider, por lo demás un notable arquitecto, quien hace pocos años proyectaba exponer en un museo a un enfermo desahuciado para que muriera en público 14 . La tendencia auto-inmunitaria del arte contemporáneo, como es claro, puede en cualquier mo- mento revertir en una mera explotación del mal gusto, apelando abusivamente a la exención para establecer su experiencia límite más allá de todo límite . Una y otra vez, reaparece una misma pregunta: ¿esta mierda es arte? ¿Matar animales en nombre del Arte, es arte? ¿Vender a mi madre también? 15 Son los pro- blemas (a veces de difícil tramitación, como puede serlo por ejemplo la propia obra de Sierra para muchos espectadores) a los que nos arroja un arte en nombre del Arte , un arte de la legitimación, pero también del imperativo, de la Lex , de la Ley : un arte que dice “ goza” . Del arte como forma o contra-forma de la ética: no tanto ¿qué hacer?, sino cómo: goza-haciendo-lo que te plazca . Y ahí el abismo: ¿cómo limitar, cómo tramar un límite a la posibilidad del actuar inmunizado? Por nuestra parte, al menos, no vemos otra respuesta que una capaz de apuntar a prácticas que tramen límites al arte, reconociendo no obstante la ausencia de límites del arte (la obra de Sierra, creemos, se vuelve legible a partir de este problema). Sin embargo, la figura del artista Soberano debiera ser examinada, también, más allá de su contención en los límites o de sus exabruptos fuera de todo límite. Más nos vale preguntarnos si el artista Soberano no vendría, a fin de cuentas, a sostener nuestro deseo de verificar la 12 Zhu Yu, Eating People , 2000. Serie de Fotografías. Third Shangai Biennal, Shangai, China. 13 Guillermo Vargas, Exposición Nº1 , 2007. Instalación. Perro moribundo atado. Galería de arte Códice, Managua, Nicaragua. 14 Cf. Marcelo Crescenti, “El arte de Morir”. BBC News , Abril 25, 2008. http://news.bbc.co.uk/hi/spa- nish/misc/newsid_7363000/7363283.stm 15 Alusión a la propuesta del artista italiano Max Papeschi, presentada en su exposición individual Oops I did it again , en la galería Renacimiento Italiano de Génova, entre abril y mayo de 2011. Al respecto, véase: Tommaso Kosh, “Un artista italiano pone ‘en venta’ a su madre”. Diario El País , Abril 5, 2011. http://www.elpais.com/articulo/cultura/artista/ital iano/pone/venta/madre/ elpepucul/20110405elpepucul_3/Tes Como era de esperarse, la noticia prendió velozmente y generó toda clase de epítetos en las redes sociales.
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