Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]

Torturar y destruir / Règis Michel – 205 Polaco, la última obra de Sarah Kane: 4.48 Psychosis 25 . Es un largo suicidio a las 4 hrs. 48 min. de la madrugada. Kane escribe: “happy hour / cuando la claridad realiza su visita / caliente oscuridad / que me mojas los ojos” 26 . Es la hora en que la mujer que dice yo (no nos atrevemos, aquí, a hablar de narradora, menos aún de heroína) se cuelga, como lo hizo la dramaturga inglesa, un día de febrero de 1999, en un hospital psiquiátrico londinense. No hay aquí cuerda, pero sí un muro donde ella se quiebra: muro de la institución. Y aquel bloque de cemento que brilla en las tinieblas, como una falsa salida, es una lápida sepulcral: una estela funeraria. Mírenme desaparecer , dice la mujer cubierta de sangre. Mírenme . Miren . La voz en off , voz masculina, voz patriarcal, donde castigan todos los superyós de rigor (el asilo, el Estado, la sociedad), le recita, por el alto parlante, una especie de oración fúnebre: eco mecánico en sus acentos… obscenos, en su sentido estricto, es decir extra -escénicos. Pues este universo pre-postumo, el cual es frio como la muerte, no es más un teatro, es la morgue 27 . Lo sospechábamos un poco: Jarzyna lee Kane a contrapelo. Yo , en Kane, es una voz, nada más que una voz. La pieza es un monólogo e, incluso, fragmentos de frases que se extravían en la página blanca. Este lenguaje en migajas sólo es una pila de fo- nemas que, en todo momento, amenaza con el vértigo de la afasia –el silencio de la psicosis. El comienzo de la pieza es, por lo demás, el silencio: unmuy largo silencio , dice el texto. Ahora bien, en Jarzyna, este texto toma cuerpo. Al pie de la letra (si nos atreve- mos a decirlo): el verbo se hace carne. Magdalena Cielecka, la actriz fetiche del teatro polaco, está casi tan desnuda que el escenario. Pero ella no es silenciosa –ni muchome- nos–, pues grita. Y aquel grito es, precisamente, lo que la psicosis inhibe: el grano de la voz, el ejercicio de la proferación, la violencia de la palabra. El monólogo de Kane es un grito mudo , del cual la psicosis hubiese apagado el sonido. La primera exigencia de Jarzyna –de su intérprete – consiste en… dar la voz. Poco importa que, la mayor parte de las palabras, olviden el camino. El texto aquí es sólo un pretexto. Y el teatro, en este caso, vale como performance: una acción , incluso un suicidio, como si los dos términos fuesen sinónimos. Es en ello que reencontramos a Brus y al accionismo vienés. 25 4.48 Psychosis de Sarah Kane. Dirigida por Grzegorz Jarzyna. Actuaciones de Magdalena Cielecka, Katarzyna Herman, Lech Lotocki, Mariusz Benoit, Rafal Mackowiak, Sebastian Pawlak, et al. Teatr Rozmaitosci y Teatrze Polskim w Poznaniu. Teatro Polaco de Poznan, Febrero 22, 2002. Poznan, Po- lonia. Obra de teatro. 26 Sarah Kane, 4:48 Psychosis (2000; Paris: L’Arche éditeur, 2001), 52-56. 27 Sobre el montaje de Jarzyna, ver Roman Pawłowski, “Test dla teatru,” Gazeta Wyborcza (febrero 25, 2002) y la dirección web siguiente: http://www.polishculture-nyc.org/?itemcategory=30817&person DetailId=285 Existe un registro fílmico de la puesta en escena (fuera del comercio). Sobre la ver- sión realizada en Londres, en el Barbican Center, ver Lyn Gardner, “4.48 Psychosis,” The Guardian , marzo 26, 2010, http://www.guardian.co.uk/stage/2010/mar/26/448-psychosis-review ; Sarah Hem- ming, “4.48 Psychosis, Barbican, London,” The Financial Times , marzo 26, 2010, https://www.ft.com/ content/84b53bf6-384d-11df-8420-00144feabdc0; y Matt Boothman, “4.48 Psychosis,” British Theatre Guide , marzo 27, 2010, http://www.britishtheatreguide.info/reviews/448barbican-rev

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