Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]
Locura y malestar / Andrea Kottow – 191 culo de la enfermedad” 8 . La enfermedad como espectáculo del cuerpo. “Espasmos, convulsiones, síncopes, semblanzas de epilepsia, catalepsias, éxtasis, comas, letargias, delirios: mil formas en unos instantes” 9 . El cuerpo habla con movimiento, el que, desde quien lee el espectáculo de la enfermedad, es convertido en imagen. “Está den- tro de la naturaleza de las imágenes clásicas y constituye toda su eficacia: obligar a lo real a parecerse a lo racional” 10 . La imagen, que confina una serie inidentificable de movimientos a un cuadro – cuadro pictórico y cuadro clínico – , produce el es- pacio simbólico desde el cual se lee la enfermedad. Ahí se origina el momento de la traducción: el intento de volver a lo razonable lo que se ha escapado a la razón, el amoldamiento de lo real de regreso a lo simbólico. En el caso de Rosa Tudela, son las palabras del narrador las que constituyen este encuadre: el grito, el delirio, el estremecimiento, el abatimiento. Nombres que pretenden fijar un cuerpo que se desborda. Encuadre para lo descuadrado. Una serie que intenta cifrar y descifrar ese complejo hablar histérico del cuerpo, engendrado por el desplazamiento del orden simbólico. Para las histéricas de Charcot era la fotografía – la grafía de la imagen, de la luz, en tanto escritura de la luz, la escritura como luz – la que generaba este marco de lectura de la sintomatología histérica. En otra novela del Chile decimonónico, es el médico-narrador quien se con- vierte en fotógrafo y traductor de la histeria de su paciente. En 1875 se publica El diario de una loca, de José Victorino Lastarria. Pepa, la loca, escribe – reclutada en un manicomio de Río de Janeiro, espacio doblemente heterotópico 11 – , a instancias del médico, su diario de vida, consistente en la narración de los sucesos que la lle- varon a la locura. Tratada con una especie de psicoanálisis avant la lettre , el médico cree en los efectos terapéuticos de la escritura: una vez que la loca logre recrear por medio y en el medio de la escritura el momento que le robó la razón – el suceso traumático responsable de gatillar su locura – , será posible su sanación. La etiología de su locura es sorprendentemente parecida a la del personaje de Rosa descrito por Blest Gana: un amor, cuyo fracaso refleja una imposibilidad de reconciliación po- lítica, determina los trágicos sucesos que conllevan muerte y locura. También Pepa se ve obligada a ver el asesinato de su amado Fructuoso, quien es acribillado frente a su atónita mirada, última sujeción a la razón. En los años treinta del siglo xix, Fruc- tuoso es un militar que apoya a la Gran Confederación Perú-Boliviana, cuando en 8 Georges Didi-Huberman, La invención de la histeria. Charcot y la iconografía fotográfica de la Salpê- trière (1982; Madrid: Cátedra, 2007), 155. 9 Ibíd., 155. 10 Ibíd., 159. 11 Concepto propuesto por Foucault en su conferencia pronunciada en el Círculo de Estudios Arqui- tectónicos, el 14 de marzo de 1967. Michel Foucault, “Des espaces autres”, Architecture, Mouvement, Continuité , nº 5 (1984): 47.
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