Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]
164 – malestar y destinos del malestar Artes del descontento discriminar, determinar la materia. De hecho, lo que sigue es, en efecto, un primo- roso catálogo de toda la mugre que, por doquier, yace en la estancia. Pero, llegado al punto crítico, el narrador se detiene e interpela a la pobre víctima: “¿Qué, Estrefón, vas a decir el resto? / ¿Y es tan necesario describir el baúl?” 27 . Naturalmente, es un ademán retórico, un conveniente alto, así como un cambio de velocidad, los cuales preparan al lector para el decisivo descubrimiento. Sin embargo, el ademán dice algo más, y lo dice justamente en el momento en que el habla poética parece tener todo bajo su control; lo sugiere el hecho que la palabra que precede inmediatamente a estas preguntas sea dead , “muerto” (la cual es casi una reduplicación, ya que se la predica del gusano, emblema de la muerte). Dice, o quizá no dice, apunta, indica el límite del lenguaje, el punto en donde ninguna potencia analítica suya tiene la fuerza suficiente para levantar el catálogo que permitiese “congelar”, con puntuales nombres, los derrames, las flemas, las babas, las heces. Así, pues, la mierda, con esa tendencia irreprimible a ser amorfa, resiste y trai- ciona toda capacidad de nombrarla, de decirla propiamente. Eso de lo propio debe ser tenido en cuenta. Por máxima fundamental del discurso, Swift tenía la siguiente: “Palabras apropiadas en Lugares apropiados constituye la verdadera Definición de un Estilo” 28 . Proper Words in proper Places . La mierda es lo inapropiado, lo inapro- piable, lo impropio, precisamente porque es lo que, día a día, tenemos irremedia- blemente que expropiar para poder seguir viviendo. Y si alguien quisiese preguntar cuándo, dónde y cómo podría darse un matrimonio feliz de palabra y excremento, no habría más que consultar el “Cuarto Viaje de Gulliver” donde se señala que, para los inarticulados y guturales Yahoos, la lengua es el excremento: “[e]l excremento para el Yahoo no es un producto de desecho, sino un instrumento mágico de expre- sión de sí mismo y de agresión” 29 . Pero allí, la palabra ya se ha sumido en la “masa indistinta”. Sin duda, lo de Swift no está en “decir mierda”, como se aducía un poco antes. En cierto modo, toda la escritura de Swift es un ensayo de escatología, de decir la mierda, lo indeterminado, de poner a prueba al lenguaje en su confín. De ahí, quizá, la forma y tenor de la ironía swiftiana: la ironía sería un modo, acaso el modus origi- nario del lenguaje. ¿Se puede llamar a algo por su nombre? Los esposos de “Estrefón y Cloe” 30 aprenden a llamar espada a la espada, al pan, pan, y al vino, vino, pero en 27 Ibíd., 90. [La traducción es nuestra] 28 La memorable frase original es: “Proper Words in proper Places, makes the true Definition of a Stile”. Jonathan Swift, “A Letter to a Young Gentleman, Lately entered into Holy Orders. By a Person of Qua- lity,” en Robert E. Greenberg and William B. Piper (eds), The Writings of Jonathan Swift (1719-1720; New York: Norton, 1973), 473. [La traducción es nuestra] 29 Brown, Life against Death , 620. [La traducción es nuestra] 30 Jonathan Swift, “Strephon and Cloe,” en The Works of the Rev. Jonathan Swift, D. D., Dean of St. Patrick’s, Dublin , vol. 8 (1731; London: J. Johnson and others, 1801),101-110.
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