Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]

Escatología, cuerpo y lengua / Pablo Oyarzun R. – 163 el nombre de acto a los primeros términos de estas diversas relaciones; los otros términos son la potencia.” 23 . ¿A qué va todo esto? Todo esto va a sugerir que la mierda es una imagen privile- giada de la mera materia y, por eso mismo, nunca está ni podría estar en acto, siendo más bien una involución, una retirada de la potencia en sí misma, tan absoluta que no se puede dirimir si es potenciación de la potencia o de-potenciación. Lo último, por razones obvias. Que ella, en su mudez y pasividad de plasta, es lo indeterminado por excelencia. “Porque lo indeterminado { tò aóriston } es el ser en potencia y no en acto” 24 . Obviamente, el interés en Aristóteles puede estimarse atrabiliario en este con- texto. Sin embargo, se trata de seguir una insinuación del mismo Swift que, en “El Progreso de la Belleza”, escribe: La materia, dicen los lógicos en su saber, No puede subsistir sin una forma; Y la forma, digo yo, igual a ellos, Ha de fallar si la materia no da de sí 25 . Ahora bien, este “[ya] no dar de sí” ( brings no Grist : “no da abasto, no trae sumi- nistro”) refiere a la periódica merma de Diana, la luna, mientras el poema traza un paralelo entre ella y Celia, “Celia putrescente”, quién es aquí una ramera y comparte con su par astral las viruelas infligidas por la sífilis. Precisamente, el poema habla de los “materiales” ( Materials ), los cuales son los suministros que el cuerpo y la carne de la bella Celia deben aportar para que el arte pueda producir sus espléndidas me- joras; materiales que se pierden progresivamente sin esperanza de que, al cabo de un periodo, sean repuestos. El arte, la naturaleza, la materia, la forma, integran aquí una trama densa que, sin embargo, se deshilacha por todas partes. Todo el despliegue de estragos e inmundicias que hay en estos poemas, con su detalle rebosante, labora por lo bajo para evidenciar los límites del arte, el confina- miento del lenguaje. A este respecto, considérese “El tocador de la dama”: ¿acaso no se advierte que se trata de un poema sobre la impotencia del lenguaje? Al comienzo, cuando Estrefón, el amante, entra a hurtadillas en la recámara de su amada y lo supo- nemos recorriendo con la mirada los despojos allí dispersos, el narrador dice: “De lo cual, para que la Materia quede clara, / síguese aquí el debido Inventario” 26 . To make the Matter clear : esta sería la tarea de la poesía, del arte: aclarar, esclarecer, discernir, 23 Ibid., 259. 24 Ibid., 132. 25 Jonathan Swift, “The progress of the beauty,” en The Works of the Rev. Jonathan Swift, D. D., Dean of St. Patrick’s, Dublin , vol. 7 (1720; London: J. Johnson and others, 1801), 186. [La traducción es nuestra] 26 Swift, “The Lady’s dressing room”, 88. [La traducción es nuestra]

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