Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]

14 – malestar y destinos del malestar Artes del descontento téticas actuales. En tal sentido, Rodrigo Zúñiga aborda la controversial figura del ar- tista soberano que, bajo el refugio del arte en nombre del Arte , se otorga una instancia de excepción permitida mediante el recurso a una inmunización ética y estética capaz de, eventualmente, declarar el fin de lo político. A su vez, Jorge Martinez defiende una apreciación crítica de la música electroacústica contemporánea que, a su jui- cio –por cierto, discutible–, revelaría su resorte biopolítico en sus tratamientos del tiempo, del cuerpo y del sacrificio. Luego, Serge Tisseron sugiere delinear, a partir de una serie de vuelcos sobre los planos cultural, cognitivo, psicológico y artístico, la emergencia de una inédita “cultura de las pantallas” que, debatible en numerosos puntos, habría destituido el habitual expediente a la represión , en la pretendidamen- te tradicional “cultura del libro”, para convocar un extensivo recurso al clivaje como mecanismo defensivo prevalente en el nuevo siglo. Para cerrar el apartado, Federico Galende propone reexaminar la falla constitutiva en la moderna economía política de la felicidad que, interrogada por Freud en su ensayo sobre el malestar, ha prolon- gado la desarticulación crítica, iniciada desde mediados del siglo xix, de la fascina- ción por la imagen y de la ilusión del espectáculo. El tercer grupo de contribuciones tiene por foco principal la reflexión relativa a algunos eventuales destinos de los rastros y los restos de la violencia social y política en la producción cultural. En relación a un espectáculo de luces incluido en las cele- braciones del bicentenario de la independencia de Chile, René Valenzuela examina la prolongación actual del proyecto genocida inaugurado por el Golpe cívico-militar de 1973 donde la violencia política, redoblada en la violencia económica, redunda en una empresa de exterminio sistemático del conjunto de sedimentos simbólico de emancipación popular. Por su parte, a partir de ciertos pasajes de la historia de Die- go Portales y del devenir de algunos de sus monumentos, Luis Montes interroga el espacio público en función de la incidencia del acontecer histórico sobre la articula- ción del sentido de sus hitos conmemorativos. A continuación, Pablo Cabrera abor- da una específica dificultad contemporánea en la tarea perlaborativa que, vinculada a una subjetivación presidida por el clivaje exhortado en virtud de las incidencias de la violencia extrema, requeriría de un singular trabajo de la memoria particularmen- te palpable en las operaciones practicadas en ciertos memoriales. En seguida, Fran- cisco Sanfuentes relata un proceso de obra relativo a un muro periférico del Instituto Psiquiátrico “José Horwitz B.” que, en su condición de umbral es al mismo tiempo clausura de lo accesible y anuncio de lo irrepresentable, se ofrece como superficie de una precaria inscripción en el espacio público de restos efímeros de ignotos deseos e inadvertidos sufrimientos. Por último, Roberto Aceituno finaliza esta sección con un cuestionamiento de la topología unidimensional de la oposición exterior/inte- rior que, correlativa a la distinción público/privado, no repara en las condiciones figurativas constitutivas de su misma producción, proponiendo un examen de tres

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