Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]
Ver o no ver / Roberto Aceituno – 145 tencia frente al poder de lo Único. A mi modo de ver, los regímenes totalitarios o dictatoriales, de los cuales sería ingenuo suponer que sólo han quedado como un mal sueño en la historia del siglo xx, tienden no sólo a diluir, mediante una topología unidimensional, la capacidad de ver –o de no ver, cuando el imperio de lo visible lo enceguece todo–, sino tam- bién a disolver una subjetividad que, en el afuera del adentro, en la intimidad in- terior de lo privado, puede ofrecer alguna resistencia al poder que quiere verlo –y controlarlo – todo. Y una ficción literaria Finalmente, agreguemos a esta pequeña serie de imágenes una referencia literaria tomada la novela de Roberto Bolaño Nocturno de Chile 14 , la cual es, a mi juicio, uno de los escasos esfuerzos, en la literatura chilena contemporánea, por mostrar aquel espacio de tiempo que ocupó nuestros lugares comunes cuando la generación a la que pertenezco todavía no salía de esa otra oscura zona de edad que llamamos ado- lescencia, es decir, el tiempo de Chile una vez llegada la dictadura militar a mediados de la década de los setenta. No hay ahí, en Nocturno de Chile , referencias directas a la verdad histórica de las desapariciones masivas, de la tortura, de los atentados a los derechos humanos ni tampoco al trauma político de la dictadura militar. Y, sin embargo, no es otro el trasfondo oscuro que la literatura nocturna de Bolaño nos permite ver . ¿Mediante qué luminosa y, a la vez, oscura estrategia Bolaño logra hacer figura- ble ese espacio y ese tiempo cuyas naturalezas infames tienden a dejar en las sombras del olvido las noches del mal y del miedo? ¿De qué modo la ficción vuelve a la vez pensable y visible –como ocurre en las Construcciones en análisis de Freud 15 – una verdad histórica cuyo destino queda, más que reprimido, sujeto a una cláusula de inexistencia y, por lo tanto, de invisibilidad? Una tal estrategia cierra la ventana para que, en el diálogo que la literatura establece consigo misma, la verdad del afuera pueda ser dicha. Ciertamente, la literatura no puede prescindir de una referencia a lo real –de la historia, en este caso. Pero, paradójicamente, esta referencia a lo real se hace tanto más visible –o, mejor aún, figurable – en la medida que la literatura se encuentre referida a sí-misma. En esta auto-implicación, en este diálogo consigo misma, la lite- ratura hace aparecer la verdad del afuera, la cual es puesta entonces en escena a través de la ficción. Es como si la literatura necesitara de un “doble” –ella misma – para que, en aquella escritura especular, lo real “entre por la ventana”, como lo sugiere el 14 Roberto Bolaño, Nocturno de Chile (Barcelona: Anagrama, 2000). 15 Cf. Sigmund Freud “Construcciones en análisis,” en Obras Completas de Sigmund Freud, vol. 23 (1937; Buenos Aires: Amorrortu, 1986), 255-270.
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