Malestar y destinos del malestar. Artes del descontento [volumen II]

112 – malestar y destinos del malestar Artes del descontento Por este motivo, se solicitó a las Naciones Unidas que la iii Conferencia Mundial de Desarrollo (unctad) tuviese lugar en Chile, ante lo cual el organismo internacional resolvió aceptar la petición. Sin embargo, Chile no poseía la infraestructura necesaria para alojar el evento, mientras que el Colegio de Ingenieros, así como el Colegio de Arquitectos, recusaron la factibilidad de llevar a cabo, en menos de dos años y medio, un proyecto de tal envergadura. Sin embargo, los arquitectos Jorge Wong, Sergio González Espinoza y Miguel Lawner analizaron la solicitud presidencial, concluyendo la efectiva posibilidad de lo imposible: [A]provechando al máximo la gran mística existente en ese momento en los adheren- tes a la Unidad Popular, para materializar los objetivos programáticos de este granmo- vimiento y además lograr una eficiente coordinación, los diversos servicios públicos y empresas productivas dependientes del Estado estimamos que era factible materializar lo que se estimaba imposible por ambos colegios profesionales. 10 Así, el compromiso presidencial y de la administración pública, además de aquel de profesionales, de artistas, de técnicos y de obreros, permitió la ejecución de los trabajos en 275 días. En palabras de David Maulén, la construcción del edificio de la unctad “atraviesa el imaginario simbólico y real, y lo constituyen en referente material y psico- social, en un paradigma” 11 . Pero, más allá de quedarnos en una definición conceptual previa respecto del edi- ficio y sus pretensiones simbólicas, dirijámonos al testimonio de un estudiante de la época, quien declaró lo siguiente: En 1973 yo estudiaba Licenciatura en Filosofía en la Chile. La Facultad de esos prime- ros años quedaba en Agustinas, donde estaban también los músicos. Caminábamos siempre por las mismas calles hasta llegar a la plazoleta de las esculturas sobre la placa del Edificio de la unctad. El lugar sorprendía por su arquitectura, por sus dimen- siones, por sus rincones llenos de arte, por lo rápido que apareció, irrumpiendo en la ciudad de repente. Lo mejor era saberlo tuyo, nuestro, de todos. Cada uno de nosotros cuidaba ese edificio, amábamos ese amigo alto, moderno, anacrónico en un barrio lle- no de calles curvas, árboles viejos y vecinas que barrían las veredas de sus casas 12 . monajuridica2011.blogspot.com/2011/04/historia-del-edifico-de-la-unctad.html . 10 Ibíd. Párrafo 7. 11 David Maulén, “Proyecto Edificio UNCTAD III: Santiago de Chile (junio 1971–abril 1972)” . Revista de Arquitectura , nº 13 (2006): 86. 12 Roberto Arancibia, “Edificio de la UNCTAD–1973,” en El mundo sigue ahí. Historias urbanas de un pu- blicista , octubre 26, 2007. Párrafo 5. http://elmundosigueahi.blogspot.com/2007/10/edificio-de-la- unctad-1973.html

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