Casta y sumisión. Chile a 50 años de la Reforma Agraria

Derivas Campesinas de la Reforma Agraria / Jorge Razeto – 97 el pecho, dando la cara; y como siempre parece suceder en estas lides, perdió las batallas relevantes y continuó hacia el abandono, la ignominia y el silencio. Este artículo recoge voces tardías, algunas muy recientes, evocativas de la continuidad del proceso reformatorio. Pequeña historia, propia e íntima, que no ha sido develada, ni siquiera preguntada; donde no hay mucho heroísmo que contar, tal vez algo de resistencia y mucha humildad para experimentar la conciencia de quien ha sido y seguirá siendo en tanto sujeto social, a pesar de la Reforma Agraria y de la dictadura que la siguió. Hablamos de hacer un guiño al contrasentido de lo formal y obvio. Nos de- tenemos a escuchar cómo han vivido los protagonistas centrales de esta historia oficial, la historia particular que siguió, una historia común y diversa, siempre compleja y marginal, silenciada pero no olvidada, al margen de las grandes ten- dencias, a la vera de carreteras asfaltadas, contemplando el paso de los años y del progreso. Escalada a la que algunos pocos hombres y mujeres del campo lograron subirse legítima y orgullosamente y a la que la mayoría de ellos solo ha observado desde lejos y con cierta dosis de legítima desconfianza; también con cierta dosis de gallardía, optimismo y dignidad. Memoria despreciada, aunque también au- toexiliada del ruedo de la sociedad, frágil y profunda a la vez, que cincuenta años después continúa viva y significada. Los recuerdos asociados nos remiten a anteriores periodos, remontados a la pasiva y subordinada vida hacendal, que se encuentra a la base de todo y que de alguna manera continúa existiendo en los sentires campesinos hasta la actua- lidad. Así también, los márgenes siempre fueron muy estrechos para estos pro- tagonistas silentes, pues las posibilidades de protagonismo estaban fijadas fuera de sus atribuciones y de sus escenarios posibles. Por ello hablamos de una larga y angosta reforma agraria de los campesinos, tan propia de este país, de tan larga y ancha historia de abusos, desigualdades e insensibilidades. Como tal, es muy diversa también, pletórica de casos particulares y situaciones tan únicas como recurrentes, en cuya develación no pretendemos representatividad alguna. Ciertamente, se trata de una interpretación personal, selectiva e intenciona- da, que consigna ideas y aprendizajes basadas en observaciones propias y de los estudiantes, registros, episodios, evocaciones, testimonios a través de los cuales nos hemos acercado a ciertas “verdades etnográficas”, que compartimos en este ensayo cargado de trabajo de campo.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=