Casta y sumisión. Chile a 50 años de la Reforma Agraria

Sobre el origen del clasismo, el racismo y el autoritarismo chileno / Manuel Canales – 203 poderío. De allí la propiofobia , o la forma del racismo chileno como autodiscri- minación étnico-popular del mestizo. Mismo fundamento cabe para otro rasgo muy saliente de la sociedad chilena, como lo es el racismo autoinfligido del mes- tizo y que desprecia a los que se le parecen; en especial si traen la formula análoga del mestizaje, como si viera en ellos el espejo de su mal . Es el desasosiego del mestizo chileno hasta con su cuerpo y voz, como siem- pre fuera del modelo y como si la fonética no le llegara plena. Y sobre todo en el humor clasista y racista que eso mismo genera de continuo. Espejeados por su partición, reflejados en su minoridad. Ríen, como otro gesto más de los dolores que el asunto arrastra. Por eso cabe entender esta propiofobia , en el mismo fundamento de autone- gación, como estrategia de subsistencia social. Pasado y presente de la Reforma Agraria: el caso de un capitalismo neofeudal Señalada a veces como el hito mayor de la historia chilena, acaso solo compara- ble, se dice, a la Independencia nacional; la Reforma Agraria es acaso más que aquella, y solo se le compara la otra gran reforma agraria que le antecedió, la inicial, que entregó a perpetuidad las tierras a los conquistadores. Es el origen, que acontece en las Mercedes de Tierras del siglo xvi, de los latifundios, que iban a durar tanto que, incluso en medio de una guerra por una nueva patria, que pudo pasar, a fin del cuento, medio desapercibida. La Reforma Agraria viene, de suyo, anclada a los asuntos más antiguos de la sociedad chilena, eso es obvio. No obstante, menos obvio pudiera ser, como aquí planteo, el hecho de que esa modalidad del pasado es también la del presente. Hacienda o República, todavía La Reforma Agraria es, políticamente hablando, el planteamiento más consis- tentemente republicano y democrático que se haya hecho en Chile, y esa era su carga histórica, su sentido antropológico y civilizatorio, su alcance total para cualquier ciudadano y ciudadana de esta sociedad. No era un tema del campo, era la cuestión del orden de castas en la sociedad chilena el que excedía el asunto productivo e iba hasta más allá de las vidas de los que allí residían. Su derrota política y cultural, lo mismo que la del proceso revolucionario del que formaba