Casta y sumisión. Chile a 50 años de la Reforma Agraria

Sobre el origen del clasismo, el racismo y el autoritarismo chileno / Manuel Canales – 195 SOBRE EL ORIGEN DEL CLASISMO, EL RACISMO Y EL AUTORITARISMO CHILENO: LAS BASES INTACTAS DEL ORDEN SOCIAL QUE QUISO REMOVER LA REFORMA AGRARIA Manuel Canales A don Juan Cerda, mediagüino. Por su humor, digna inteligencia. Introducción El significado histórico de la Reforma Agraria, en lo que excede a un intento de política agraria, es su alcance sociológico: el fundo o la hacienda constituyó la matriz de la sociedad chilena, la forma de relación política más sólida y sostenida que hayamos conocido a través de sus historias. Es cierto que durante todo el siglo xx –y antes, ya hubo intentos en el siglo xviii– la urbanización pasó a ser el proyecto dirigente de una clase propietaria de capital, industrialista, y la que, en general, se encontraba en buena forma en relación al capitalismo de su época. Y al mismo tiempo, junto con ella parecía constituirse una clase obrera. Con todo, aquel proyecto murió con el Golpe de Estado, para luego pasar a la negación de sus bases de sustentación. No volvieron ni las industrias –esas a las que Los Prisioneros del 86 pidieron por última vez que se movieran– ni los ciudadanos. En su lugar fue puesto/impuesto el vacío en el que nace el individua- lismo precario y paranoico que hoy conocemos. Pareció que una vez sucumbida la hacienda, y al no reaparecer luego propiamente los patrones, podía darse por superada la tarea de desmontar la matriz histórica que el proyecto modernizador precisamente buscaba desmontar. Visto así, conviene detenerse y reflexionar al respecto, es decir, volver a anali- zar la sociedad con los analizadores que traía la Reforma Agraria. ¿Es la sociedad chilena actual, en su matriz sociológica, en sus fundamentos culturales, muy dis- tinta u opuesta a la forma de la hacienda? ¿O es, más bien, una transformación de la misma, pero ahora en la línea de un capitalismo avanzado y global? Si la Reforma Agraria fue el desmontaje de la hacienda, y si aquello costó tanto –o al menos se prolongó por tanto tiempo, como cuatro siglos–, convie- ne iniciar la reflexión preguntándose por aquello que la caracterizaba de forma

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