Casta y sumisión. Chile a 50 años de la Reforma Agraria

Rompiendo el silencio. / Francisca Rodríguez – 167 de extracción minera por parte de las empresas en los territorios refor- mados, porque los minerales deben utilizarse de forma sustentable para el beneficio de la comunidad y de todo el pueblo. Del mismo modo, exigir que la posesión y el uso del agua se subordinen a los intereses y necesidades de toda la población, ya que el agua es un bien de la natura- leza y se debe utilizar para el beneficio de toda la humanidad, por eso el agua no es mercancía y no puede ser propiedad privada. Asimismo, la garantía a todos los trabajadores y trabajadoras del derecho para acceder a la tierra para vivir y trabajar. 2. Organización de la producción agrícola: priorizar la producción de alimentos saludables para toda la población, garantizando el principio de la soberanía alimentaria, libre de agrotóxicos y de semillas transgé- nicas. Garantizar programas de soberanía energética en todos los terri- torios, sobre la base de fuentes de energía renovables alternativas, como vegetales no comestibles, energía solar, hidráulica y eólica. Organizar la producción y comercialización sobre la base de todas las formas de cooperación agrícola. 3. Desarrollar una nueva matriz tecnológica de producción y distribu- ción de la riqueza en la agricultura: los Estados deben garantizar po- líticas crediticias, de investigación y financiamientos específicos para una producción agrícola basada en la agroecología y el aumento de la productividad del trabajo y las áreas en equilibrio con la naturaleza. Garantizar programas de reproducción, almacenamiento y distribución de las semillas nativas y agroecológicas de producción, para las campe- sinas y los campesinos insertos en el programa de soberanía alimentaria del país. Combatir la propiedad privada intelectual de las semillas, los animales, los recursos naturales, la biodiversidad y los sistemas de pro- ducción, como también combatir la producción y comercialización de semillas transgénicas y agrotóxicos. 4. La industrialización y la política agrícola: desarrollar pequeñas agroin- dustrias dentro del país, asegurando el agregar valor a la producción y generar más renta para la población campesina; promover un desarrollo equilibrado entre las regiones, así como desarrollar centros de investiga- ción, cualificación técnica e intercambio de conocimientos centrados en las actividades de la agroindustria y la preservación ambiental. Desde el Estado, generar políticas públicas que garanticen los instrumentos de la política agrícola para todas y todos los campesinos: garantía de precios rentables, crédito rural adecuado, seguro agrícola, asistencia técnica y

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