Casta y sumisión. Chile a 50 años de la Reforma Agraria
De logros y fracasos / Loreto Rebolledo – 141 que dio a uno de sus trabajadores, cuya mujer lo había engañado: “’Me atropelló a la señora, entonces yo quiero preguntarle a usted, ¿lo mato o no lo mato?’ (…) le dije que tratara de no matar a ninguno de los dos… las recomen- daciones prácticas de que si quería recuperar a la señora, a pesar de la atención del jefe de Estación, a lo mejor le tenías que tocar unas palmadas en la parte más sensible a la señora y recuperarla, o si no que se la dejas al jefe de Estación”. (Irarrázaval, en Cousiño y Ovalle, 2013:178). En otro caso, ante la consulta de unos de sus trabajadores sobre cómo saber si la guagua que esperaba una mujer era suya, ya que ella había tenido otras relaciones, el consejo fue: “ Mira, está medio complicá la cosa, le dije yo. Realmente no sé, pero hazte el tonto, porque si recibe atenciones tú jura que es de otro y chao ”. (Irarrázaval, en Cousiño y Ovalle, 2013:179). La presencia de patronas y las ausencias mascu- linas parecen haber contribuido a la separación más nítida por género entre espa- cios domésticos (casa y huerto) y espacios productivos de producción y consumo en aquellos dedicados a la ganadería. En las haciendas del sns las viudas y madres solteras pudieron permanecer en el fundo junto a las mujeres cuyos maridos habían migrado a las minas, pero trabajando a campo abierto, realizando trabajo productivo que en otros fundos era ejecutado por hombres. El desmalezado, la limpieza de granos o arrancar car- dos fueron algunas de las labores realizadas por ellas en jornadas de trabajo tan largas como las de los hombres, situación que les fue reconocida en el momento del reparto de tierras y les permitió a algunas de ellas ser asignatarias de parce- las 10 . El reconocimiento de la labor productiva de las mujeres, en este caso, tam- bién se explica porque ellas sí participaban en las organizaciones y en los paros y huelgas. Sin embargo, la situación de las mujeres que fueron beneficiarias de la Re- forma Agraria se hizo más complicada una vez que se hizo el reparto individual de parcelas, ya que a algunas de ellas se les hizo difícil mantener el total de tierras recibidas por la falta de brazos masculinos para realizar el trabajo en el campo, lo cual limitó las posibilidades de hacer producir las parcelas obligándolas a vender una parte de las tierras recibidas o a entregarlas en medias 11 . 10 A modo de ejemplo, de los 120 trabajadores en el fundo Cuncumén, 15 eran mujeres. 11 Entrevista a Alicia Castro, hija de Prosperina Vergara Cortés, que recibió parcela en Panguecillo y debió vender una parte.
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