Casta y sumisión. Chile a 50 años de la Reforma Agraria

De logros y fracasos / Loreto Rebolledo – 129 DE LOGROS Y FRACASOS. REFORMA AGRARIA EN TRES LOCALIDADES Loreto Rebolledo Hasta la primera mitad del siglo xx una parte importante de la población chile- na residía en el campo en condiciones de pobreza y sujeta al dominio hacendal. La productividad era baja, resultado de formas y relaciones de trabajo premo- dernas; las relaciones sociales se caracterizaban por la subordinación, el clien- telismo y el abuso, donde el paternalismo de los patrones iba acompañado del acarreo político y las posibilidades de protesta de inquilinos y peones casi no existían, pues cuando alguien se enfrentaba al hacendado o a sus administrado- res reivindicando algún derecho era expulsado del fundo junto con su familia y automáticamente engrosaba las listas negras que corrían entre terratenientes. La vida de las familias de inquilinos, trabajadoras y trabajadores de haciendas y fundos transcurría en una precariedad inmensa, con grandes carencias materiales a las que se sumaba el analfabetismo y la existencia de numerosos hijos, muchos de los cuales debían comenzar a trabajar siendo niños, y siendo adultos debían buscarse la vida en otro lugar. La sensación de un destino inexorable, signado por el despotismo y la explotación, que habían soportado múltiples generaciones de inquilinos, parecía imposible de romper. Esta era más o menos la situación en fundos y haciendas en el valle central de Chile, que con algunas diferencias también se podría extrapolar a otras regiones. Pero, pese a la relativa homogeneidad que parecía presentar el mundo hacendal, existían variantes regionales, derivadas de la tenencia y calidad de la tierra o de la actividad productiva central a la cual se dedicaban fundos y haciendas, así como los mayores o menores niveles de organización de los trabajadores agrícolas y de las relaciones establecidas con los propietarios. Todo ello incidió en la forma en la cual se llevó adelante la Reforma Agraria, y en las situaciones posteriores, una vez producida la contrarreforma. En las páginas siguientes se dará cuenta de estas diferencias a partir de la re- visión de tres situaciones: la hacienda Illapel; los fundos del Servicio Nacional de Salud (sns), en el valle del Choapa, especialmente aquellos ubicados en la parte alta del valle; y el fundo Nilahue Baraona en Colchagua. Los tres casos escogidos tienen en común el haber sido propiedades expropiadas en la Reforma Agraria, Sin embargo, las diferencias entre ellas son muchas, pese a que dos casos se ubi- can en la misma región: la hacienda Illapel, entregada por sus dueños antes de la

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